BRUSELAS, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
El comisario de Pesca, Joe Borg, señaló hoy que si los Estados miembros no logran un acuerdo sobre el nuevo reglamento de la pesca en el Mediterráneo antes de finales de este año las negociaciones "se pospondrán indefinidamente" y Bruselas se reservará el derecho de continuar los procedimiento de infracción que sean oportunos contra los países europeos que no cumplan las normas.
Borg lanzó esta advertencia durante su comparecencia ante la comisión de Pesca del Parlamento Europeo, en la que mantuvo su disposición a seguir negociando el establecimiento de un plan de acción en la UE para la conservación y explotación sostenible de los recursos pesqueros en el Mediterráneo.
Lo hizo a pesar de la petición de la eurodiputada del PP y ponente del informe parlamentario sobre esta cuestión, Carmen Fraga, para que la propuesta de reglamento no se rebaje más de lo ya pactado con la Eurocámara o que incluso la Comisión retire su propuesta.
Borg explicó que estaba previsto que los Estados miembros retomaran las negociaciones en el Consejo de Pesca que tendrá lugar el 24 y 25 de octubre en Luxemburgo, pero que finalmente la discusión "no está madura" y se ha aplazado hasta la cita de noviembre.
El comisario advirtió que "si no se logra un acuerdo en noviembre, un acuerdo aceptable para la Comisión y en la línea con el Parlamento Europeo, la única alternativa seria posponer indefinidamente la negociación sobre el reglamento" y en su lugar "pasar a la aplicación del compromisos internacionales ya asumidos e iniciar un proceso de infracción los países que no los cumplan", dijo Borg.
No obstante, dejó clara la disposición de la Comisión a "colaborar con las partes para hallar un compromiso que contribuya a la sostenibilidad pesquera en el Mediterráneo". Sin embargo, Borg puntualizó que no se aceptará un acuerdo "por debajo de un mínimo que garantice la pesca sostenible".
Añadió que todo acuerdo sobre la pesca en esta zona deberá contar con el acuerdo, o "al menos la tolerancia", de los dos "grandes" actores, Italia y Francia y apuntó que en relación con el segundo país Bruselas está dispuesta a enmedar la regulación con una definición concreta de las redes de deriva a cambio de que París acceda al acuerdo.
