BILBAO, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
La pesquería de la anchoa continúa "en situación de riesgo" ya que la nueva generación de peces nacidos en la primavera pasada es insuficiente para la recuperación de la población, por lo que es recomendable mantener la veda, según el Centro Tecnológico experto en Investigación Marina y Alimentaria (Azti-Tecnalia).
Así se desprende de la campaña científica 'Juvena06' llevada a cabo en septiembre y octubre, financiada conjuntamente por Secretaria General de Pesca Marítima del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y el Departamento de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno vasco.
El nivel de biomasa estimado en la campaña vuelve a indicar, en opinión de Azti-Tecnalia, la necesidad de proteger el stock hasta constatar la recuperación del recurso por encima de los niveles de precaución, capaces de producir abundantes generaciones.
La fundación reconoce que el dato de la campaña Juvena sólo tiene validez orientativa, pero no hace sino confirmar el consejo científico de gestión de la UE, que recomienda el cierre de la pesquería hasta que se constate un buen reclutamiento que permita recuperar la biomasa de reproductores del stock a su pleno potencial reproductivo.
A la luz de estos datos, Azti-Tecnalia resalta la necesidad de mantener el cierre de la pesquería de la anchoa hasta disponer de un nuevo dictamen científico tras las futuras campañas de evaluación que se realizarán en la primavera del 2007.
HASTA LA MITAD QUE 2005
Juvena06, realizada con dos barcos, ha permitido cubrir todo el Golfo de Vizcaya y evaluar la presencia de juveniles de anchoa en toda su extensión, incluso en aguas someras de menos de 50 metros de profundidad en donde se distribuía gran parte de la población. Los resultados de las campañas acústicas de evaluación indican una estima de la abundancia de juveniles entre un 30 y un 50% inferior a la estimada para el 2005.
La campaña Juvena fue impulsada con el objetivo de evaluar la abundancia de juveniles de anchoa en el Golfo de Vizcaya principios de otoño de cada año y con el fin último de establecer una relación entre este índice de abundancia de juveniles y la abundancia de adultos de un año de edad en la primavera siguiente.
El corto periodo de vida de la anchoa (hasta 3 años de edad), la alta mortalidad natural y por pesca a la que se ve sometida, y la dependencia del nivel de biomasa adulta en la abundancia de las nuevas generaciones, hacen de la anchoa una especie muy vulnerable y que presenta altas fluctuaciones interanuales que pueden dar lugar a fuertes crisis en la pesquería.
En este sentido, desde Azti-Tecnalia se señaló que "la adecuada gestión de la pesquería de la anchoa basada en criterios científicos es lo que debe mover a todas las Administraciones y al propio sector para garantizar la recuperación del stock de la anchoa".
