Economía/Turismo.- Washington exigirá a las aerolíneas 19 datos personales de los europeos que viajen a EEUU

Actualizado: viernes, 29 junio 2007 18:31

La información "sensible" que revele etnia, religión u orientación política se destruirá en 30 días

BRUSELAS, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

En el marco de su estrategia de lucha contra el terrorismo, Estados Unidos exigirá a las compañías aéreas, 72 horas antes del despegue de los vuelos que se dirijan a territorio norteamericano procedentes de Europa, un total de 19 datos personales de sus pasajeros, según los términos del acuerdo al que hoy han dado su visto bueno los Embajadores de los 27 Estados miembros de la Unión Europea.

La administración norteamericana almacenará estos datos durante un periodo de 15 años y la información "sensible" que pudiera derivarse de los 19 datos aportados por las compañías aéreas tendrá que destruirse en 30 días. El texto sobre el que hoy se han pronunciado los Embajadores tiene que ser ahora analizado en detalle por los Gobiernos y es previsible que sea ratificado el próximo 10 de julio por el Consejo Europeo.

Algunas delegaciones, como la alemana y la danesa, han pedido tiempo para que sus parlamentos nacionales se pronuncien. España defendió un marco de actuación comunitario que evitara acuerdos bilaterales con Estados Unidos.

El consenso ha sido urdido por el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini; el ministro alemán de Interior y actual presidente del Consejo, Wolfgang Schäuble; y el secretario de Estado norteamericano de Seguridad Interior, Michel Chertoff.

Cuando se sancione en el Consejo de Ministros se habrá puesto fin a la incertidumbre jurídica que planeó sobre las compañías aéreas después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea considerara ilegal el anterior marco normativo, firmado por la UE y Estados Unidos en 2004, después de los cambios legislativos que Washington acometió para reforzar las medidas de seguridad y hacer frente a la amenaza terrorista tras el 11-S. La UE llegó a un acuerdo provisional el pasado mes de octubre que expiraba el próximo 31 de julio.

En la actualidad, las compañías aéreas ya están obligadas a proporcionar quince minutos después del despegue del avión 34 registros acerca de sus pasajeros, que ahora se reducen a 19 pero que en la práctica pueden ser bastantes más. Entre ellos figuran desde el nombre del pasajero hasta si viaja acompañado, pasando por la fecha de reserva del billete y la del viaje, si posee tarjeta de viajero frecuente, la agencia de viajes o agente que emitió el pasaje, número de asiento en el avión o información sobre si lleva o no equipaje.

Otra novedad es que las autoridades norteamericanas no podrán acceder directamente a los sistemas informáticos de las aerolíneas sino que tendrán que pedir los datos. No obstante, se amplía a todo el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos y no sólo a las Oficinas de Aduanas, el acceso a los mismos.

El texto especifica que, en el caso de que los datos "sensibles" --es decir, los que revelen origen étnico o racial, opinión política, creencias religiosas o filosóficas, afiliación a sindicatos e información sobre la salud o a la vida sexual del individuo-- estén incluidos en esas diecinueve referencias que tienen que dar las compañías, el Departamento de Seguridad usará sistema automático de filtrado de los mismos y no usará esa información.

Además, a menos que se trate de un caso "excepcional", esos datos se borrarán. En todo caso, si fuera necesario porque la vida de un pasajero o de otras personas corre peligro o daño, las autoridades norteamericanas podrían solicitar más datos, incluyendo los sensibles.

ACCESO RESTRINGIDO

Si fuera así, Washington restringiría el acceso y borraría la información transcurridos 30 días a partir del momento en que se usó y siempre que no fuera necesario mantenerla por exigencias legales. EEUU comunicará a la Comisión Europea en un plazo de 48 horas que se ha accedido a ese tipo de datos.

Los norteamericanos retendrán la información proporcionada por las aerolíneas en una base de datos activa durante siete años y luego pueden pasar a considerarse datos 'durmientes' durante ocho, periodo durante el cual sólo podrán utilizarse con autorización de un alto funcionario del Departamento de Seguridad y en caso de "riesgo o amenaza" identificable. Al final de este periodo de 15 años, se podrán borrar.

Queda por definir cuándo y quién destruirá los datos almacenados. Lo que sí se especifica es que los elementos relacionados con una investigación concreta permanecerán en la bases de datos hasta que el caso en cuestión se archive. Las autoridades norteamericanas revisarán en colaboración con la UE los efectos de estas reglas en las investigaciones llevadas a cabo en los próximos siete años.

En circunstancias normales los datos estarán en Estados Unidos 72 horas antes de la hora prevista para el despegue del aparato y a partir de ese momento podrían ir actualizándose si fuera necesario para garantizar la exactitud de los mismos. Estados Unidos ha cedido finalmente a la petición europea de que las autoridades policiales o judiciales de los Estados miembros afectados, y organismos como Europol y Eurojust, tengan acceso a los informes basados en los datos retenidos por las autoridades norteamericanas.

DERECHOS FUNDAMENTALES

En borrador del acuerdo incluye una parte declarativa en la que se deja claro el objetivo común de "prevenir y combatir" el terrorismo y el crimen trasnacional para proteger las respectivas sociedades democráticas y los valores comunes a ambos lados del Atlántico; se reconoce que compartir información es "un componente esencial" en la lucha contra el terrorismo y que, en ese contexto, el uso de los datos personales de los pasajeros es una "herramienta importante".

Además, se resalta la importancia de combatir el terrorismo respetando al mismo tiempo los derechos fundamentales, especialmente el derecho a la intimidad. De igual forma, se indica que la legislación de Estados Unidos y de la UE en esta materia comparten "las mismas bases comunes" y que las diferencias en la aplicación de esos principios "no deben suponer un obstáculo para la cooperación" entre Washington y Bruselas.