Foto: EUROPA PRESS
Madrid, 25 Sep. (EDIZIONES) -
El domingo las miradas estarán puestas en Cataluña. Las elecciones autonómicas en las que la candidatura unitaria 'Junts pel sí' parte como favorita según las encuestas servirá para medir hasta qué grado los ciudadanos están dispuestos a respaldar su apuesta independentista.La posibilidad de una independencia de Cataluña genera controversia no solo acerca de su legalidad, sino también en torno a sus efectos económicos. Para analizar estos últimos, el Ministerio de AsuntosExteriores y Cooperación elaboró un informe fechado en marzo de 2014 en el que se describen las consecuencias de una escisión sobre ámbitos comolas exportaciones o el turismo en Cataluña.
EXPORTACIONES
Según Exteriores, las exportaciones catalanas pasarían a estar gravadas por la Tarifa Exterior Común (TEC), lo que supondría un encarecimiento del precio de las ventas catalanas al exterior.Esto se traduce en una pérdida de competitividad que en términosporcentuales supondría un incremento del importe de los bienes en un 20%. La caída repercutiría directamente en las empresas exportadoras catalanas que, además, tampoco podrían beneficiarse del TTIP.
En términos monetarios, esto provocaría una reducción de las ventas de28.000 millones de euros, es decir, cerca del 15% del PIB catalán.Los flujos de inversión son otro factor a tener en cuenta en el caso deuna secesión. Cataluña podría perder una parte de su stock deinversiones al estar fuera de la UE y tener que redefinir su marcojurídico, político y administrativo.
VENTAS A ESPAÑA
Al efecto negativo que tendría la independencia sobre las ventas de la UE, el informe de Exteriores añade el efecto que se produciría sobre lasventas actuales de las empresas catalanas al resto de España.La economía catalana es una economía muy abierta en la que las ventasfuera de la CC.AA. representan el 66% de su PIB, por tanto, incremento del precio de sus bienes en el exterior repercutiría de forma negativaen este sentido.Cataluña lidera el comercio interior de bienes en España.
Según datosdel Centro de Predicción Económica, las ventas de Cataluña al resto deEspaña en 2012 ascendieron a 49.131 millones de euros, es decir, el 45%de sus ventas totales.Cataluña no solo tendría que forjarse un hueco en la esfera internacional en un contexto globalizador, sino que además tendría que lidiar contra el "efecto frontera" inherente a la creación de un nuevoestado.
TURISMO
Exteriores considera que los ingresos provenientes del sector turísticoen Cataluña también podrían verse afectados en alguna medida por la hipotética indepedencia.En 2012 Cataluña recibió 4,08 millones de turistas de otras CC.AA deforma que obtuvo unos ingresos de 710,6 millones de euros.
Por tanto, la no pertenencia a España podría producir un descenso de la cantidad de turistas así como de los visitantes que se desplazaran por motivos detrabajo y negocios.Por cada 100.000 turistas españoles que dejen de ir a Cataluña, sus ingresos por turismo se reducirían en 15,5 millones de euros y su PIBen un 0,007%.
EFECTOS SOBRE LA DEUDA
En el año 2013, Cataluña se posicionó como una de las CC.AA más endeudadas de España con un 27,2% de deuda sobre el PIB. En la actualidad ese ratio se ha incrementado hasta alcanzar el 27,5%.Con datos de 2014, si Cataluña se independizara y asumiera una parte dela deuda pública del Estado español proporcional a su peso relativo, la deuda del nuevo Estado catalán pasaría a ser un 78,4% sobre el PIB,cifra que, indica el informe del Gobierno, sobrepasa el límite marcadoen el artículo 135 de la Constitución Española.
Por ello, dado que la salida de la UE implica de forma automática la exclusión de la zona euro, así como la imposibilidad de que los bancos catalanes pudieran recurrir al BCE o al MEDE para obtener financiación,las condiciones para acceder a los mercados serán bastante difíciles,apostilla el informe.
EURO SIN PODER DE DECISIÓN
Cataluña tendría dos caminos. Seguir los pasos de Andorra o San Marino yestablecer un acuerdo monetario que les permitiera utilizar oficialmenteel euro e incluso en determinadas circunstancias emitir una cantidad limitada de moneda; o imitar a Kosovo y Montenegro, adoptar el euro demanera unilateral, pero con la consiguiente pérdida de autonomía en política económica. Otra de las consecuencias que aborda el documento de Exteriores se refiere a la pérdida de fondos europeos.
Catalunya recibe cada año 365 millones de euros de la Política Agraria Común (PAC). En el periodo 2007-2013 recibió otros fondos comunitarios por valor de 2.667 millonesde euros.La independencia implicaría también la necesidad de crear una estructura administrativa más potente que la actual y por tanto más cara, dado quetendría que dar servicios que hasta ahora proporcional el Gobiernocentral, en materia de defensa, seguridad o diplomacia; servicios que generarían en torno al 5,8 por cineto de su PIB, según diferentes estudios hechos por bancos de inversión.
LOS EXPERTOS OPINAN
Ante este marco político de incertidumbre, los economistas consultados por Europa Press se matienen un punto de vista similar. Ángel de la Fuente, investigador del Instituto de Análisis Económico del CSIC, sostiene que los problemas vendrían por varias vías.
Por un lado, las empresas catalanas pasarían a estar en una cierta desventaja a lahora de vender sus productos en mercados que ahora absorben en torno al 75% de sus exportaciones. Una eventual independenica convertiría a Cataluña en una localización menos atractiva para muchas empresasmultinacionales."Se les complicaría bastante la vida a muchas empresas catalanas yespañolas que se verían obligadas a operar a ambos lados de una frontera" añade de la Fuente.
En la misma línea se encuentra Javier Díez-Giménez, profesor de IESE quien argumenta que romper un país genera problemas que antes no existían. Para la creación de un nuevo estado genera unos costes fijos elevados ya que este tiene que formar un ejército, un servicio deaduanas así como un cuerpo de Guardia Civil propio, entre otros.
PENSIONES
En lo que respecta al sistema de pensiones, el economista del IESE cree que se vería afectado por la incertidumbre, ya que cree el Estado de bienestar dependería de lo que sucediese con el nivel de renta y empleode Cataluña.
Por tanto, como parece probable, habría problemas con el sistema de pensiones, pero también con las prestaciones por desempleo ycon muchas otras cosas. Díaz-Giménez cree que la idea que está circulando en estos últimos díasde que el resto de España tendría que seguir pagando las pensiones de los catalanes aunque estos se independizasen no tiene mucho sentido. Es cierto que el Estado español adquirió en su día un compromiso con los jubilados actuales, pero que Cataluña era parte de ese Estado.
