Publicado 04/07/2019 11:01

Cuatro años después del incendio de Quesada (Jaén) sólo se ha intervenido en 600 de las 10.000 hectáreas afectadas

Jaén.- Cuatro años después del incendio de Quesada sólo se ha intervenido en 600
Jaén.- Cuatro años después del incendio de Quesada sólo se ha intervenido en 600 - EUROPA PRESS/SUBDELEGACIÓN DEL GOBIERNO - Archivo

JAÉN, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

Cuatro años después del incendio de Quesada que arrasó 9.761 hectáreas en los municipios jiennenses de Quesada, Cabra del Santo Cristo y Huesa, sólo se ha intervenido en la recuperación de 600 hectáreas de monte público del total de superficie afectada, según han informado a Europa Press desde la Delegación de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible.

Fue el 5 de julio de 2015 cuando una tormenta eléctrica ocasionó un incendio en el paraje conocido como la Cruz de los Muchachos y que logró sofocarse a las puertas del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Un total de 25 días fue lo que se tardó en darlo por oficialmente extinguido.

Desde la Delegación se apunta que de las actuaciones propuestas en los meses posteriores al incendio, "solamente se han llevado a cabo dos intervenciones de emergencia" en sendos rodales contiguos situados ambos en su parte central y occidental, en concreto en el paraje denominado Los Calderones, que incluyen casi a partes iguales terrenos de los montes públicos Dehesa del Guadiana y Bernales, pertenecientes a Quesada y a Huesa, respectivamente.

Estas intervenciones consistieron en la corta y en la retirada de los montes de los troncos de los pinos aniquilados y muertos en pie por causa del fuego para así favorecer la regeneración natural. A pesar de que se trataba de una madera de poco valor, una parte de la misma pudo ser aprovechada para reinvertir en estos montes los ingresos obtenidos en paliar parcialmente los efectos del incendio.

Además, se construyeron albarradas y faginadas en los cauces y en las zonas de pendiente mas elevada, como procedimiento para paliar a corto plazo una fuerte pérdida inicial del suelo por los efectos que la erosión hídrica causaría en un terreno de orografía muy escabrosa y súbitamente desprovisto de su cubierta forestal.

También se intervino en la red de caminos forestales de la zona mediante obras puntuales de drenaje y de protección, para permitir el acceso de los medios encargados de los trabajos de restauración y de gestión de esos montes.

En el segundo de los dos rodales, las actuaciones se realizaron entre octubre de 2015 y mayo de 2016, bajo la dirección del personal técnico de la Junta de Andalucía, pero esta vez por la Empresa Pública Tragsa mediante fondos de la Administración Central a través del entonces Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y por un importe total de 500.000 euros. A esta inversión se suma casi el millón de euros destinado por la Junta a estos trabajos.

Con posterioridad se han realizado, por una parte, diferentes estudios experimentales para estudiar la evolución del terreno afectado por el fuego, y por otra, un proyecto para acometer una segunda fase de trabajos de restauración en gran parte del resto de la superficie siniestrada que incluye la propuesta de nuevas actuaciones para continuar con la labor emprendida en los primeros meses.

Este último proyecto, según se ha informado desde la Delegación de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible, "se redactó en 2016 y a fecha de hoy todavía no ha sido ejecutado, ni licitado ni encomendado". De hecho se presentó en enero de 2018 con un presupuesto previsto de 613.168 euros, pero no se ha llevado a cabo.

MÁS ESFUERZOS

El alcalde de Quesada, Manuel Vallejo, ha indicado a Europa Press que "la naturaleza por sí misma ha hecho bien sus deberes" y la regeneración ha sido "buena", pero ha insistido que en "no se es suficiente lo hecho hasta ahora y reclama a las administraciones "más esfuerzos" para recuperar la superficie afectada y ubicada en una zona, que antes de la catástrofe, ya contaba con condiciones predesérticas que continúan en evidente progresión.

Para Vallejo, es "muy poca" la superficie sobre la que se ha actuado y también son "insuficientes" los fondos que se han destinado hasta el momento para recuperar la zona afectada por el devastador incendio de hace cuatro años. Todas las especies que conforman el monte bajo se han regenerado, pero el paisaje sigue siendo "desolador".

Ha recordado que desde la Junta se apuntó nada más ocurrir el incendio que se invertirían dos millones de euros en recuperar la zona. Cuatro años después y sumando la aportación del Gobierno de España "no llegamos ni al millón y medio de euros". Vallejo es consciente de por las condiciones del terreno no se podrá actuar en mucho más de 3.000 hectáreas, pero tacha de "muy insuficientes" las 600 hectáreas sobre las que se ha intervenido hasta el momento.

La vegetación aniquilada por las llamas era una masa forestal de pino carrasco muy precaria y en condiciones de extrema aridez, en parte procedente de una repoblación forestal implantada por la Administración en los años 60 y 70 del siglo XX y, en parte, desarrollada de forma espontánea desde épocas inmemoriales.

El total del núcleo de montes públicos situados adyacentes a la margen izquierda del río Guadiana Menor suponen unas 15.000 hectáreas, por lo que, de su cubierta arbolada, sus dos terceras partes desaparecieron en 2015 por causa de aquél siniestro.

Hasta entonces esta masa forestal de pinos significaba una especie de isla en medio de la depresión que el terreno forma entre los macizos de los Parques Naturales de Cazorla y de Mágina.

Por lo tanto, la desaparición de una cubierta forestal que, pese a sobrevivir al límite de sus posibilidades, desempeñaba unas funciones netamente protectoras, va a implicar, según la Delegación "una aceleración intensiva en ese proceso latente de desertificación, agravando las condiciones microclimáticas" y, "sobre todo, incrementando violentamente los procesos erosivos en unos suelos ya esqueléticos y sustentados sobre una orografía de ramblas con laderas casi verticales".

Desde la Delegación de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, se apunta a que la restauración "no debería acometerse con actuaciones y obras puntuales e inconexas, sino mediante un plan programado y cuya dotación presupuestaria permitiese una acción continuada a medio plazo".

En esta línea se mueven los alcaldes cuyos términos municipales se vieron afectados por las llamas. Quieren un esfuerzo continuado y sostenido por parte de las administraciones ahora que sienten que el tiempo corre en su contra y que cada vez se siente más lejana la tragedia del incendio.