Actualizado 28/06/2012 15:23

Instalado un nido artificial con cuatro pollos de halcón peregrino en la azotea de Torre Europa (Madrid)

El 'Proyecto Hacking' ha introducido 32 ejemplares con una supervivencia muy superior a la de la naturaleza


MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

El viceconsejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Luis Asúa, ha iniciado este jueves el proceso de introducción de cuatro pollos de halcón peregrino en el medio natural mediante la técnica conocida como 'hacking'.

Esta técnica consiste en la introducción en la naturaleza de aves criadas en cautividad a través de nidos artificiales, en este caso instalado en la azotea de Torre Europa, uno de los edificios más altos de la capital.

Se trata de la quinta edición de este pionero 'Proyecto Hacking', desarrollado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a través de la Fundación para la Investigación y el Desarrollo Animal (FIDA). En las cuatro ediciones anteriores se han introducido un total de 28 pollos de halcón peregrino, de los cuales han sobrevivido 23, lo cual significa una tasa de supervivencia del 82 por ciento, muy superior al rango del 35-40 por ciento de supervivencia de los halcones que se da en la naturaleza.

Los objetivos del proyecto son colaborar en la recuperación de una parte importante del patrimonio natural de la Comunidad de Madrid, que ha visto descender su población en los últimos años hasta en un 25%, sobre todo en el suroeste madrileño. Además, el fin es incrementar la biodiversidad reforzando la cadena trófica del ecosistema, tanto urbano como rural, mediante la introducción de un depredador necesario que además está incluido en el Catálogo de Especies Amenazadas.

Por último, la Comunidad de Madrid persigue sensibilizar a la sociedad en la conservación de la biodiversidad urbana y difundir la información referente a la biología del halcón peregrino y a su interacción con otras especies animales que conforman el ecosistema urbano y rural.

El proyecto aprovecha experiencias llevadas a cabo en otras ciudades del mundo, que han demostrado que es posible lograr que pollos de halcón peregrino, alimentados en condiciones semi-naturales, restablezcan poblaciones gracias a la fidelidad con sus lugares de nacimiento.

Para conseguirlo es fundamental que el programa de introducción se desarrolle al menos durante tres años, puesto que estos halcones alcanzan la madurez sexual entre los 3 y los 4 años. Dado que la mortalidad de los pollos en la naturaleza durante el primer año de vida supera el 60 por ciento, se estima que es necesaria la suelta de entre 15 y 30 pollos de halcón peregrino para obtener al menos una pareja reproductora.

No obstante, la supervivencia conseguida por el 'Proyecto Hacking' de la Comunidad de Madrid después de sus cuatro primeras ediciones es superior al 82 por ciento.

"En general, podemos decir que hemos tenido una buena evolución del proyecto, por cuanto hemos podido comprobar cómo cazan habitualmente los distintos halcones en las inmediaciones de Azca gracias a observaciones directas y también a testimonios de ciudadanos que los han avistado cerca de sus casas", ha manifestado Asúa.

EVITAR EL AMANSAMIENTO

Cuando tienen la edad suficiente -aproximadamente cinco semanas-, los pollos de halcón se introducen en una caja-nido que permanece cerrada para evitar fugas o caídas de pollos. El emplazamiento debe tener cierta altura, para que les sirva de oteadero.

Diariamente se les aporta comida sin que los animales puedan ver a los cuidadores, de forma que no se produzca su amansamiento. Este proceso se mantiene durante algunas semanas más, una vez que están suficientemente desarrollados y emplumados, hasta que se independizan completamente.

Para este proyecto existe una única caja-nido en el edificio de Torre Europa, en Azca, en pleno casco urbano de Madrid, que es donde se han introducido todos los halcones por ser el emplazamiento que ofrece mayores probabilidades de éxito.

RECUPERACIÓN DE ESPECIES PROTEGIDA

Este proyecto se suma a otras iniciativas del Ejecutivo autonómico para recuperar poblaciones de otras aves, algunas de ellas endémicas y en peligro de extinción. En total, la Comunidad de Madrid alberga cerca de 300 especies de aves, muchas de ellas protegidas, escasas y difíciles de ver en otros lugares del mundo, como el águila imperial, la avutarda, el abejaruco o el buitre negro.

En concreto en el territorio madrileño se encuentra la mayor concentración de cría del mundo del águila imperial, el 3% de la población mundial de avutarda, o el récord de parejas de buitre negro más alto de la historia.

En el caso del águila imperial, en la actualidad existen 35 parejas en la región, ocho más que en 2007 y cifra récord desde hace tres décadas. A ellas se suman más de 100 parejas de buitre negro cuando a finales de los ochenta se hallaban en fase crítica, otras 17 parejas de águila real y 8 de cigüeña negra, más 310 parejas de cernícalos primilla.