Actualizado 14/12/2011 15:22

Defensor del Menor edita una guía con pautas para afrontar las rupturas de pareja sin dañar a los hijos

Arturo Canalda Presenta Una Guía Para Que Los Menores Afronten Los Divorcios
EUROPA PRESS


MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Institución del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid ha editado una guía con pautas para que las parejas afronten las rupturas sin dañar a sus hijos, en la que se explica qué sienten y cómo actúan los niños tras la separación de sus padres e incide en el modelo de impedir que el proceso resulte doloroso para los menores.

En declaraciones en el Salón de Actos de la Asamblea de Madrid, el defensor del Menor de Madrid, Arturo Canalda, ha explicado que en 2010, un 10 por ciento de los expedientes abiertos por su institución se refería a las separaciones traumáticas.

Ante esta situación y el aumento de rupturas matrimoniales, el Defensor del Menor ha editado una guía, elaborada por el psicólogo José Manuel Aguilar Cuenca, en la que se pretende aportar unas pautas y consejos para que los padres afronten su separación "con la madurez suficiente, de manera respetuosa y asumiendo que la estabilidad de sus hijos es lo primero que hay que preservar".

La publicación, titulada 'Ruptura de pareja. Guía para afrontarla sin dañar a los hijos', analiza cómo cambia la vida de una familia y la de los menores tras una separación y "cómo cambian los sentimientos".

Ante esta situación, señala que "los niños tienen que tener la seguridad de que (sus padres) están con ellos y les siguen queriendo igual que siempre". "Ningún regalo, viaje o capricho puede sustituir a la necesidad que tiene el niño de sentirse cerca de sus padres", indica el Defensor.

La guía explica también las emociones de los padres y la importancia de apoyarse en familiares y amigos. Desde el primer momento se debe tener claro que los abuelos y posibles nuevas parejas también son familia y deberán asumir el rol que les corresponde.

Es importante también que los padres sepan decírselo a los menores. "Hay que contarles la verdad, con calma, sin prisas, obviando aspectos que no aportan nada y que pueden hacerles daño", ya que "lo que importa es saber que sus padres van a seguir ahí", destaca.

"Es importante transmitirles que la decisión de separarse no tiene nada que ver con el afecto que sienten por ellos y que ellos no tiene que decidir nada ni ponerse del lado de ninguno", explica el Defensor.

Según indica Canalda, las rupturas suelen provocar cambios en la conducta de los niños, que hay que intentar volver ala normalidad cuanto antes, pero "no hay que volcarse en exceso en ellos".

DIFERENTES EFECTOS

Las separaciones afectan de manera diferente en función de la edad. A un niño entre tres y siete años quiere estar continuamente con sus padres y expresa su malestar con rabieta o la vuelta a conductas infantiles.

Entre los siete años y la adolescencia, pueden darse alianzas con uno de los progenitores y reprocharle al otro la ruptura de la convivencia. Por ello, no se debe hablar mal del otro. A partir de los catorce años pueden buscar apoyo en otras instancias que no son los padres y pueden aparecer "conductas de riesgo".

La guía expone que los padres pueden entenderse o enfrentarse y resalta que la tendencia es que la custodia sea compartida.

En total se han editado 5.00 ejemplares de la guía, que se podrá solicitar en la institución y a través de la web del Defensor del Menor.