Actualizado 17/12/2013 21:25

España cuenta con 3 almacenamientos de gas activos y otros 3 en desarrollo

Almacén subterráneo de gas natural en España
Foto: ENAGAS

Los seísmos en Castellón pueden deberse al factor humano, al introducir o extraer fluidos masivamente, según Ecologistas

   MADRID, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -

   España cuenta con tres almacenamientos subterráneos de gas en funcionamiento, uno en investigación y otros cuatro más que están en fase de desarrollo, como el de Castor, en Castellón, cuyo cese de actividad ha dictaminado el Gobierno ante la reciente actividad sísmica detectada en la zona.

   Según datos de Enagas, desde que se puso en funcionamiento el primer almacén subterráneo de gas natural en el mundo, en 1915, la cifra de estos silos ha crecido hasta un total de 627, de los que 81 se ubican en acuíferos salados profundos, uno de ellos, en el subsuelo del centro de la ciudad Berlín (Alemania).

   En total, los tres almacenamientos españoles albergan hasta 5.781 millones de metros cúbicos de gas en Serrablo, Gaviota y Yela. El almacenamiento profundo de gas pretende emular y aprovecharse de los huecos de la naturaleza, de modo que, según ha explicado a Europa Press el portavoz de la comisión de energía y contaminación de Ecologistas en Acción, Paco Ramos, se utilizan para albergar gas en verano, cuando el precio de este combustible es más bajo, y extraerlo en invierno, cuando hay más necesidad y su precio sube.

   Enagas subraya que este sistema es necesario porque permite ajustar la oferta y la demanda para afrontar las necesidad es de consumo españolas debidas a variaciones estacionales o bien por interrupciones en el suministro eléctrico.

   Concretamente, Ramos ha indicado que el gas se almacena en el subsuelo aprovechando antiguos yacimientos o bien en acuíferos profundos o en cavidades generadas en formaciones salinas.

   En el caso de Castor, cuya actividad ha cesado al detectarse un incremento de la actividad sísmica en la zona que ha llegado a 4 grados de magnitud en la escala Richter y que se ha sentido por la población, el gas se está almacenando en un antiguo pozo petrolero. En la actualidad, el yacimiento que estaba en fase de desarrollo, estaba iniciado el llenado de la cavidad, con una parte de gas que sirve de colchón.

   En este contexto, Ramos ha alertado de que el aumento de sismicidad se ha detectado en otras zonas del planeta, como Estados Unidos donde se están desarrollando proyectos de fracking (extracción de shale gas profundo mediante fractura hidráulica) y ha añadido que existen numerosos estudios, algunos como el de la Academia de las Ciencias estadounidense que advierte de la posibilidad de que las actividades humanas puedan provocar seísmos.

   "En Estados Unidos ha habido seísmos en zonas de fracking", ha dicho, aunque ha añadido que en este momento se desconocen más datos de la capacidad humana de provocar seísmos.

SOMETER A PRESIÓN AL SUBSUELO

   Sin embargo, ha subrayado que el caso del almacén de Castor no tiene que ver con fracking sino con la introducción y extracción masiva de fluidos. En este caso, el gas en el subsuelo puede encontrarse con una grieta o una falla en estado crítico, por lo que el aumento de la presión separa dos caras de una roca, se favorece su deslizamiento y se produce el temblor.

   Así, ha añadido que en Castor se estaba tratando de introducir gas en el hueco que dejó el petróleo pero ha precisado que el subsuelo puede comportarse de manera distinta con un combustible que "ya estaba ahí" que con un gas que se introduce y que migra de distinta forma, por lo que, a su juicio, es "imposible decir que (un temblor) no va a pasar en cualquier sitio ni cuando".

   "La naturaleza ha salido en nuestra ayuda para explicar las quejas de Ecologistas en Acción, podrían haber pasado 20 años hasta que esto sucediera, pero ha acontecido antes de que el almacén comenzara a operar", ha reflexionado.

   En total, Enagas gestiona los almacenamientos de Serrablo y el de Gaviota, ambos antiguos yacimientos de gas natural agotados, y el de Yela.

   Serrablo se sitúa entre Jaca y Sabiñánigo (Huyesca) mientras que Gaviota es un almacenamiento frente a la costa de Bermeo (Vizcaya). El de Yela, por su parte, se sitúa en Brihuega (Guadalajara) y comenzó su actividad en el último trimestre de 2012.

   En este contexto, investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Complutense de Madrid revelaron hace un año que la extracción de agua habría podido influir en el terremoto que afectó a Lorca en 2011, ya que esta práctica habría perturbado la corteza terrestre de la falla de Alhama, la más activa de Murcia.

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