La Audiencia impone 37 años de cárcel al acusado de maltratar y abusar durante años de su mujer y 6 hijos

Considera que no hay "resquicio de duda" a hechos como que agredió sexualmente a sus hijas desde los ocho años

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 9 julio 2007 17:26

LOGROÑO, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial ha impuesto una pena de 37 años de cárcel a F.J.J como autor de los delitos de maltrato familiar, lesiones, agresión sexual, abuso sexual y amenazas, cometidos contra su mujer y sus seis hijos. También le prohíbe residir en Logroño y le pide indemnizar a dos de sus hijas, con las que tuvo relaciones desde los ocho años, con 90.000 euros, a otra con 25.000 y a la mujer con 420.

Según relata la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, el acusado, F.J.J., se casó en 1978 con su mujer y tuvo con ella seis hijos, tres varones y tres mujeres, nacidos entre 1979 y 1990.

Considera probado que, "desde el principio del matrimonio", sometió a la mujer a "todo tipo de agresiones físicas y psicológicas". Incuso detalla que, "las más graves, verdaderas palizas, se producían semanalmente" y la primera fue quince días después de la boda.

Además, añade, el hombre impedía a su esposa salir de casa, salvo para hacer la compra, relacionarse con su familia y acudir a la iglesia, salvo en contadas ocasiones. Le obligaba a bañarle, vestirle y calzarle "aunque él no tenía impedimento alguno" y el insultaba, por tener asma, llamándole "burra asmada".

El acusado infería "similares" agresiones a todos los hijos. Al hijo mayor, que sufría eneuresis (expulsión de orina incontrolada durante el sueño), le obligaba a dormir en el suelo, sin taparse, y si la madre le tapaba les pegaba a los dos.

Los episodios violentos se suceden en el relato de la Audiencia que, incluye, por ejemplo, el hecho de que el menor de lo varones se autoinculpaba continuamente de cualquier cosa para evitar que su padre agrediese a su madre o a sus hermanos y era él, entonces, el que recibía la paliza.

Las hijas del matrimonio, además del maltrato físico de su padre, se han visto sometidas, durante toda su vida y hasta la separación del matrimonio, a un total aislamiento y les obligaba a servirle a él y a los hijos varones. También agredió sexualmente a dos de ellas y a la otra le sometió, en una ocasión, a tocamientos.

El acusado empezó a abusar de la mayor de las niñas cuando tenía tres años y con ocho llegó a penetrarle totalmente, para continuar haciéndolo todas las semanas. Incluso, le obligaba a decir que le gustaba y, si no lo hacía, le golpeaba. En una ocasión, tras haber tenido relaciones completas con ella, les pegó a la niña y a un hermano hasta que reconocieron haber tenido sexo entre ellos, aunque no era cierto.

La segunda sufrió tocamientos y la tercera fue agredida sexualmente "repetidamente". Además, en una ocasión, relata la sentencia, el padre golpeó a la pequeña porque su perro mordió una cincha de los caballos y, después, le obligó a presenciar cómo lo ahorcaba.

La Audiencia especifica que la mujer y las hijas sufren como secuela un grave trastorno de estrés postraumático y, en los tres casos, la recuperación de su normalidad psíquica es muy difícil. La hija segunda, además, padece una enfermedad degenerativa neurológica cuya evolución va a verse empeorada.

En el escrito de la Fiscalía se contaba cómo la separación del matrimonio pudo efectuarse tras tener el visto bueno del consejo gitano, etnia a la que pertenece la familia. El Fiscal le acusaba de un delito de violencia doméstica habitual, otro de lesiones dolosas, dos delitos de agresión sexual continuada, un delito de abuso sexual y otro de amenazas. Le pedía 44 años.

En el juicio, la defensa estableció que los hechos constituían un delito de violencia doméstica habitual y una falta de lesiones, y pedía un año y diez meses de prisión, además de otro año de localización permanente.

La Audiencia, en su sentencia, considera que "aún cuando la defensa ha pretendido cuestionar la veracidad de la prueba aportada por las acusaciones, la persistencia y consistencia de los testimonio", a los que se añaden "los informes médicos es palmaria, sin resquicio de duda".

En este sentido, al informar ante la Sala, el Equipo Psicosocial de los Juzgados expresa que "es de los casos más altos de verosimilitud" que han visto y rechazan la invención.

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