Actualizado 04/08/2008 18:04

Israel interroga a los gazacíes enfermos bajo amenaza de no permitirles recibir tratamiento, según una ONG


JERUSALÉN, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Shin Bet (servicio secreto interno israelí) habría estado amenazando a palestinos que tenían que recibir tratamiento médico fuera de la Franja de Gaza con no permitirles abandonar la zona a menos que les proporcionen información de inteligencia, según denuncia un informe de la ONG Phisicians for Human Rights (PHR, Médicos por los Derechos Humanos) recogido por el diario israelí 'Jerusalem Post'.

El informe, publicado hoy, incluye el testimonio de once gazacíes a quienes el Shin Bet habría interrogado y presionado para que dieran información a cambio del permiso para entrar en Israel para recibir cuidados médicos inaccesibles en la Franja de Gaza.

El texto de 83 páginas, titulado 'La sanidad como rescate', denuncia que los agentes del Shin Bet participaban en los interrogatorios de palestinos que habían solicitado, y a veces ya recibido, permiso para entrar en Israel para recibir atención médica urgente en Israel, Cisjordania o Jordania.

"La conducta y política del Shin Bet ha convertido la vulnerabilidad de los pacientes en un medio primario para la obtención de información", según el informe. "Los largos tiempos de espera y los interrogatorios sobre la vida personal del paciente y sus conocidos contribuyen a una atmósfera dura en la que el paciente es consciente de que si se niega a responder podrían impedirle la salida de Gaza para someterse a tratamientos necesarios", prosigue. "Una vez que el Shin Bet controla al paciente, la colaboración se convierte en condición explícita o implícita para la concesión del permiso para el tratamiento médico", agrega.

PHR ya presentó una demanda formal ante el Tribunal Supremo israelí con declaraciones juradas de gazacíes sobre la presión y coerciones del Shin Bet, pero la corte recoge en su sentencia que "ha tomado nota de las declaraciones de la organización de seguridad de que no se ha utilizado la enfermedad de una persona para lograr información del ámbito de la seguridad".

Uno de los testimonios relata cómo un palestino de unos 38 años de edad llamado Aleph que padecía la enfermedad de Hodgkin debía someterse a una tomografía, una prueba para la que tenía que llegar puntualmente al Hospital Ichilov de Tel Aviv, ya que los isótopos necesarios para la prueba se convierten en ineficaces en apenas minutos, anulando todo el proceso.

El paciente llegó a primera hora de la mañana al paso de Erez, donde esperó durante horas. Cuando finalmente fue interrogado, los agentes le exigieron colaboración y le amenazaron con impedirle la entrada en Israel si no respondía a sus preguntas. "Tienes cáncer y pronto alcanzará tu cerebro. Mientras no nos ayudes, puedes esperar a la apertura del paso de Rafá", le dijeron.

Según el informe, Aleph tuvo que esperar diez horas en Erez, y para cuando recibió permiso para entrar a Israel, los isótopos ya habían muerto y era inútil su desplazamiento hasta el hospital.

RESPUESTA DEL SHIN BET

El Shin Bet ha emitido un comunicado en el que desmiente categóricamente estas acusaciones. "El Shin Bet no tiene registros de que se haya condicionado a la voluntad de entrega de información ninguna solicitud de entrada en Israel por razones humanitarias, a menos que haya información médica fiable sobre su condición", según el comunicado.

El proceso de evaluación pretende eliminar cualquier amenaza o riesgo del solicitante, explican desde el servicio secreto israelí. "El Shin Bet determina su postura en cada caso haciendo la evaluación adecuada entre los riesgos y la necesidad médica", prosiguen.

En ese sentido, el comunicado cita dos casos en los que gazacíes intentaron utilizar los permisos de entrada con fines médicos para perpetrar atentados suicidas. El primero data de mayo de 2007, cuando dos mujeres fueron detenidas en Erez cuando intentaban perpetrar un doble atentado suicida en Tel Aviv y Netanya con la falsa excusa del tratamiento médico. El segundo ocurrió en junio de 2005, cuando una suicida fue detenida también en Erez con un cinturón de explosivos y un permiso de entrada a Israel para recibir atención médica.