Actualizado 03/12/2009 20:05

La Lonja del Pescado de Alicante reúne hasta el 17 de enero 64 esculturas de Rodin del Museo de París


ALICANTE, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

La sala municipal de exposiciones Lonja del Pescado de Alicante acoge desde hoy y hasta el 17 de enero la muestra 'Rodin y la mitología simbolista' que reúne un total de 64 esculturas de Auguste Rodin traídas desde el Museo Rodin de París (Francia).

La exposición, organizada por la Obra Social de la Caixa en colaboración con el Museé Rodin y con el Ayuntamiento de Alicante, se inauguró hoy en la Lonja del Pescado, y cierra el paso de las piezas por España, después de visitar Málaga y A Coruña.

Entre las esculturas que se pueden contemplar en esta muestra, de entrada gratuita, se encuentran el monumento a 'Balzac', 'Los Burgueses de Calais, 'La Puerta del Infierno' o 'El Pensador'. Con esta selección la exposición 'Rodin y la mitología simbolista' en la interpretación que el autor hace de la mitología "en un contexto de transformaciones sociales, urbanas e industriales".

Así, la muestra "ahonda en la relación del artista con la corriente simbolista, movimiento artístico y literario de finales del siglo XIX, que contó con la adhesión de Charles Baudelaire, Stéphane Mallarmé o James Whistle.

La exposición se divide en siete ámbitos, el primero de las cuales, titulado 'Vida y arte de Rodin', recoge algunas del as obras esenciales en la carrera del escultor, como 'El hombre de la nariz rota, 'La Edad de Bronce', 'Hombre caminando', 'Balzac' o 'La Catedral'.

El segundo ámbito muestra retratos de personajes ilustres como Victor Hugo, o Gustav Mahler. Un tercer apartado de la exposición está dedicado íntegramente a 'La Puerta del Infierno' y cuenta con una versión en yeso, que data de 1900, de esta obra, y algunas de las composiciones que Rodin creó para este proyecto y que cobraron vida propia, como 'El Pensador' o 'El Beso'.

El resto de la muestra se dedica a la Muerte, a los dioses primordiales, al cortejo de Baco y los monstruos de la Tierra, y finaliza con un ciclo de afrodita, que explica la dedicación de Rodin a las figuras mitológicas relacionadas con el Amor.