PUERTO PRÍNCIPE (HAITÍ), 14 (De la enviada especial de Europa Press Laura Ramírez)
Más de 90 haitianos amputados, un 72 por ciento de ellos como consecuencia del terremoto, reciben prótesis gratuitas gracias a la iniciativa de la religiosa española Isa Sola, que ha montado un taller de prótesis en la residencia de las Hermanas Dominicas de la Presentación, en Puerto Príncipe (Haití), para facilitar la vida de estas personas que se quedaron sin trabajo y a las que, sin una o las dos piernas, les es casi imposible moverse por un país que carece de las mínimas condiciones de accesibilidad.
Los encargados del taller, dos técnicos en ortesis y prótesis procedentes de El Salvador, Alexis y Rogelio, se encargan de realizar los muñones de escayola para moldear el plástico -proveniente de España-- al que se sujetará la pierna de titanio. Según ha explicado Sola, aunque otras organizaciones como Handicap Internacional también se encargan de esta tarea, ellos lo hacen de forma "personalizada" con un seguimiento posterior del paciente.
La idea se le ocurrió a la religiosa española, que es enfermera, en los días siguientes al terremoto, cuando estuvo varias semanas en el hospital Sacre Coeur junto a otra enfermera y una voluntaria ayudando a todas las víctimas del seísmo que llegaban con amputaciones. "Teníamos 60 amputados al aire libre y su situación exigía que se tomasen decisiones de amputar, no teníamos material ni medicamentos porque nos daba miedo entrar al edificio del hospital por si se derrumbaba", ha relatado.
Además, esta iniciativa, financiada por la Fundación 'Juntos mejor', tiene un objetivo integral ya que no sólo fabrican las prótesis para afectados por el terremoto como Gastón o Marie, que se encontraban este jueves probando sus prótesis, sino también de acompañarles en su proceso de recuperación de su vida, ayudándoles para montar un negocio y ahora con microproyectos, como en el caso de Gastón que antes del terremoto era camionero y ahora se dedica al campo de la telefonía movil.
No obstante, el "reto" que tienen ahora mismo entre sus pacientes, según ha indicado Sola, es el caso de Sadrak, un joven de 25 años que estudiaba tercero de económicas en Puerto Príncipe y que vio truncada su carrera cuando el terremoto le seccionó las dos piernas. Sadrak quedó atrapado entre los escombros y, según ha contado Sola, si movía las piernas mataba a otro chico que se encontraba atrapado debajo de él. Por este motivo, Sadrak sacrificó sus piernas para salvarlo y quedó muy mal amputado. Casi dos años después del terremoto, está pensando en volver a la universidad.