Las emprendedoras sociales en España tienen más dificultades para obtener financiación que los hombres, según un estudio

   MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Las emprendedoras sociales en España tienen más dificultades para obtener financiación que sus homólogos varones, según se desprende del informe 'Inversión con un enfoque de género: una oportunidad para el ecosistema de la empresa social europea', que ha elaborado el Instituto de Innovación Social de ESADE, en colaboración con la Fundación EY'.

   El estudio, para el que se ha consultado a, entre otros, un centenar de emprendedores sociales españoles, destaca que el 26 por ciento de las empresarias sociales llega a reunir toda la financiación externa que busca, frente al 46 por ciento de los empresarios que sí lo consigue hacer.

   En este sentido, señala que esta circunstancia se produce ya que el apoyo del inversor es similar en ambos perfiles durante las primeras etapas de la compañía, pero apenas un 20-30 por ciento de emprendedoras llega a las fases de aceleración y financiación, proporción que aumenta hasta un 70-80 por ciento en el caso de los emprendedores varones.

   Sin embargo, en el área internacional del informe, se destaca que el ecosistema español de inversión social tiene más conciencia de género que el de otros países europeos.

   En relación a las causas de estas diferencias en la inversión social, la investigadora del Instituto de Innovación Social de ESADE y coautora del informe, Mar Cordobés, ha explicado que los motivos van desde los sectores en los que suelen emprender las emprendedoras sociales, que, a su juicio, "son menos valorados por los inversores", hasta las diferencias en la actitud de hombres y mujeres ante las finanzas.

   Concretamente, ha afirmado que las inversoras "se sienten menos cómodas" que los hombres a la hora de hablar con inversores externos o de utilizar la terminología financiera.

   "La empresa social tiene el potencial de ser una herramienta muy importante para empoderar a las mujeres y promover la igualdad de género. Sin embargo, su enorme potencial no se está utilizando plenamente, ya que el ecosistema parece carecer de conciencia y urgencia en torno al problema, y las finanzas sociales corren el riesgo de reproducir el mismo déficit de género como las finanzas tradicionales", ha subrayado la también investigadora del Instituto de Innovación Social de ESADE y coautora del informe, Leonora Buckland.

   EL EMPRENDEDOR ESPAÑOL TIENE ENTRE 40 y 50 AÑOS

   El perfil medio del emprendedor social en España, según el estudio del Instituto de Innovación Social de ESADE, se encuentra entre los 40 y los 50 años (42%), está casado o vive en pareja (65%), tiene hijos o personas a su cargo (60%) y dispone de estudios post universitarios (61%).

   Además, sus empresas son jóvenes (menos de cinco años) y, aunque el promedio de socios por empresa es de 3,2 (1,4 son mujeres y 1,8 son hombres), un 22 por ciento de las compañías tiene un único socio y, de éstas, tres de cada cuatro han sido fundadas por mujeres.

   En lo relativo a género, los emprendedores dedican más horas que las emprendedoras a sus empresas, pero reconocen en menor proporción que el impacto social sea el principal objetivo de su compañía (un 51% de los hombres frente a un 83% de las mujeres). La carrera profesional y la formación también varía, ya que ellos tienen más experiencia en emprendimiento, aunque ellas disponen de más formación (un 32% de las mujeres frente a un 20% de los hombres).

   Respecto a las políticas de igualdad dentro de la empresa social, el informe refleja que las emprendedoras demuestran un mayor grado de compromiso en la equidad de género, objetivo al que otorgan un 4,07 sobre 5 en relevancia, mientras que los hombres sólo le dan un 3,85. La importancia que le dan ambos colectivos a la cuestión es elevada (62%, las mujeres; 52% los hombres), pero esta circunstancia apenas se refleja en medidas concretas dentro de la empresa.

   Por otro lado, el informe de ESADE también estudia la financiación del emprendimiento social en Europa y si ésta dispone de una perspectiva de igualdad de género adecuada. Para ello, ha analizado las respuestas de más de cuarenta expertos e inversores sociales.

   En este sentido, concluye que, en estos momentos, y salvo en el caso de Reino Unido, la financiación "no es especialmente consciente de esta cuestión". Por un lado, el informe indica que "no existe" una masa crítica de iniciativas sociales que alberguen políticas de igualdad de género en su plan de negocio y, por otro, "ningún inversor" las concibe como un requisito importante a la hora de financiar un proyecto.

   Precisamente, el estudio refleja que, aunque esta circunstancia sea clave en este sector en concreto, la mayoría de los inversores sociales europeos no ven una necesidad urgente de trabajar en este sentido.

   Por último, el informe señala que la inversión de enfoque de género es una "forma dinámica de inversión de impacto" que está creciendo "rápidamente" en los Estados Unidos, aunque aún tiene que "echar raíces en Europa".