BILBAO 23 Abr. (de la enviada especial de Europa Press, Mar Guerrero) -
El sector cementero español emite de media 300.000 toneladas menos de dióxido de carbono al año desde 2005 gracias al uso de combustibles alternativos en las fábricas, una cantidad que representa aproximadamente el uno por ciento del total de 27,5 millones de toneladas emitidas en 2007, según datos de la Asociación de Fabricantes de Cementos de España (Oficemen).
A través de un proceso de valorización energética, residuos como neumáticos fuera de uso (NFU), cables de objetos electrónicos, restos de madera o harinas animales pueden alimentar los hornos de las plantas cementeras mitigando la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, ya que se reduce la dependencia de carburante fósiles como el coque de petróleo o el carbón.
Durante 2007, el cinco por ciento de los combustibles utilizados para fabricar clínker --el material mezcla de calcio, sílice, hierro y aluminio sobre el que se crea el cemento-- en España fue de origen residual, mientras que la media europea del año anterior está situada en el 18 por ciento. De acuerdo con el director de Tecnología y Medio Ambiente de Oficemen, Pedro Mora, el mayor o menor uso de carburantes alternativos depende de las provisiones que reciba la planta.
Así, Mora señaló que en Estados Unidos existen fábricas cuyos hornos funcionan exclusivamente con residuos, puesto que su localización les permite acceder a estos materiales con más facilidad. "Es una cuestión de logística", aseguró a la vez que destacó la posición del sector cementero como "primer reciclador del país".
En el caso de la cementera de Lemona (Vizcaya), perteneciente al grupo Cementos Portland Valderrivas, estos combustibles alternativos representan el 21 por ciento del total de carburante utilizado en 2007. Desde 1996 la planta vizcaína ha valorizado un total de 50.000 toneladas de NFU cuya biomasa, junto con la del resto de residuos, consiguió reducir en un 5,6 por ciento la emisiones de la cementera en 2007, período en el que las emisiones sobrepasaron las 500.000 toneladas.