Reconstrucción de un templo yazidi en Bashiqa, Mosul
KHALID AL MOUSILY/REUTERS
Actualizado: miércoles, 9 agosto 2017 19:12

BASHIQA (IRAK), 9 Ago. (Reuters/EP) -

Hombres y niños de la minoría étnica yazidi están reconstruyendo el templo de Malak Miran, destruido por Estado Islámico en la localidad de Bashiqa, en el noreste de Mosul, mientras esperan la vuelta de las mujeres secuestradas por el grupo terrorista hace tres años.

La comunidad yazidi espera poder celebrar su primera fiesta religiosa después de la masacre de Sinjar, en la llanura de Nínive, en la que más de 3.000 yazidíes fueron aniquilados y cerca de 6.800 mujeres y niñas fueron capturadas y convertidas en esclavas sexuales.

Sin embargo, "la fiesta real vendrá cuando todas las cautivas sean liberadas", ha declarado el responsable de la reconstrucción del templo, Shaker Haidar al Mujewar.

Naciones Unidas ha alertado de que combatientes de Estado Islámico están vendiendo a las mujeres y niñas capturadas a medida que la coalición internacional y el Ejército Sirio avanza en Raqqa, bastión de los terroristas en Siria.

La reparación está siendo financiada por residentes de la zona y otras familias yazidíes. Grupos de voluntarios vuelven a poner en pie el templo, donde cada cierto tiempo se reúnen y oran alrededor de velas recitando oraciones en kurdo.

En Bashiqa, los yazidíes pudieron escapar antes de que Estado Islámico ocupara la zona. Muchas familias siguen viviendo en campos de desplazados a pesar de que en noviembre de 2016, casi un mes antes del inicio de la ofensiva para recuperar Mosul, Bashiqa fue liberada por los combatientes kurdos en Irak, los pershmerga, que ahora tienen el control de la localidad. Las montañas de Sinjar, otro de los mayores asentamientos de yazidíes en Irak, también está bajo control kurdo.

La fe yazidi entremezcla elementos de varias creencias antiguas de Oriente Próximo. La siguiente festividad, para la que preparan el templo, se celebra durante los primeros días de septiembre, recibe el nombre de Eid Hajjin y rinde honor a Abraham, un profeta que tienen en común con el judaísmo, el islam y el cristianismo.

El santuario está estrechamente asociado con Abraham porque la religión yazidi indica que fue Malak Miran, el Ángel Miran, quien salvó al profeta del fuego del horno del rey Nimrod.

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