Niño sirio refugiado en Líbano
ROCÍO MARTÍNEZ POSADA/EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 25 febrero 2016 20:34

MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

Acción contra el Hambre (ACH) ha alertado este jueves del gran "impacto psicosocial" que tienen los refugiados a causa de los desplazamientos forzosos y de su integración en las nuevas comunidades de los países de acogida.

Según ha asegurado la organización en un comunicado, las personas que se han desplazado desde zonas de conflicto suelen presentar un alto nivel de ansiedad, acompañado de trastornos del sueño y, en algunos casos, de síntomas depresivos. Además, los niños, que constituyen más de la mitad de las víctimas de los enfrentamientos armados, pueden desarrollar conductas regresivas, incluyendo la enuresis (mojar la cama) y pueden estar sujetos a un aumento de la irritabilidad.

ACH, que desarrolla una serie de actividades para asistir a las necesidades específicas de cada comunidad de refugiados y apoyar a las personas que lo soliciten, ha señalado que los refugiados que viven en campamentos suelen sufrir menos estrés que los que viven en comunidades de acogida, pero tienen menor nivel de autonomía.

"Las familias que viven en los campamentos padecen generalmente un menor nivel de estrés que las que encontramos en las comunidades de acogida. Tienen más garantías en términos de ayuda humanitaria. Sin embargo, una vez han abandonado los campos, muy pocos desearían volver, debido a la privación de libertad que hay en estos lugares. A pesar de que la situación de las familias en las comunidades de acogida es a menudo más difícil, estas familias han conservado su poder de decisión", ha precisado la jefa del departamento de salud mental de ACH en Irak, Nuria Carrillo.

FOTOGRAFÍA Y ARTE PARA AFRONTAR EL TRAUMA

ACH ha incorporado estrategias especializadas para ayudar a los refugiados a afrontar las consecuencias psicológicas de sus desplazamientos. En Irak se han organizado talleres de fotografía y un proyecto de expresión artística para fomentar la interacción entre los niños.

También en Dohuk y en Jordania han impulsado el diálogo entre comunidades distintas, entre las que se incluyen kurdos, iraquíes, sirios y yazidíes, para facilitar las relaciones y ayudar a los refugiados a superar el impacto psicológico en su país de destino.

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