Vista del oeste de Mosul
ALKIS KONSTANTINIDIS/REUTERS
Actualizado: miércoles, 31 mayo 2017 19:36

BAGDAD, 31 May. (Reuters/EP) -

Estado Islámico ha cerrado las calles aledañas a la Gran Mezquita de Al Nuri, en la ciudad iraquí de Mosul, con la intención, aparentemente, de preparar un enfrentamiento en su último bastión en Irak, según han informado fuentes locales este miércoles.

Varios ciudadanos han asegurado haber visto a decenas de yihadistas tomando posiciones en las últimas 48 horas alrededor de la mezquita, el lugar en el que el líder de la organización, Abu Bakr al Baghdadi, autoproclamó el califato en 2014. Desde que la organización terrorista tomara el control de la ciudad de Mosul, la bandera negra de Estado Islámico ha ondeado en la mezquita.

Las fuerzas del Gobierno iraquí, respaldadas por Estados Unidos, recuperaron gran parte de la ciudad en enero. El sábado lanzaron una ofensiva en el oeste de la ciudad, la última zona controlada por los terroristas, que comprende el centro de la ciudad vieja, donde se encuentra la mezquita, y tres barrios de la orilla occidental del río Tigris.

LA MEZQUITA JOROBADA

La Gran Mezquita de Al Nuri, conocida por su minarete inclinado, que le ha dado el nombre popular de "al Hadba" (el jorobado), se ha convertido en un punto simbólico en la ofensiva que, según el Ejército de Irak, se espera concluir durante el Ramadán. Sin embargo, una batalla en la zona pondría en peligro el edificio, así como su minarete, particularmente vulnerable ya que no ha sido renovado desde 1970.

"Los combatientes de Estado Islámico saben que la mezquita es el objetivo más importante y se están preparando para una gran batalla allí", ha asegurado Hisham Al Hashemi, que asesora en asuntos islámicos a varios gobiernos de Oriente Próximo, incluyendo a Irak.

Las fuerzas gubernamentales han repartido folletos en los diferentes distritos pidiendo a las familias que abandonen la zona, pero la intensidad de los enfrentamientos ha impedido que la gente escape. En los últimos días se ha obligado a decenas de familias que residen en el distrito de Zanjili a trasladarse a la ciudad vieja para evitar que escapen en el momento en que las fuerzas iraquíes comiencen la ofensiva, según ha asegurado un ciudadano.

La caída de la ciudad podría suponer el final del autodenominado califato en la zona, aunque esto no implica el final del grupo terrorista, que todavía controla varias zonas de Siria y amplios territorios de la frontera con Irak. Mientras, las fuerzas kurdas, respaldadas por las de Estados Unidos, están presionando en Raqqa, capital en Siria del grupo terrorista.

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