ZÚRICH/JERUSALÉN, 7 Nov. (Reuters/EP) -
El ya exjefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Pierre Krahenbuhl, ha negado haber actuado de forma indebida y ha denunciado que el organismo está siendo víctima de una campaña política diseñada para minarla.
Krahenbuhl presentó el miércoles su renuncia en medio de una investigación interna de la agencia de la ONU por "asuntos relacionados con la gestión", después de que inicialmente la UNRWA hubiera informado que se apartaba del cargo temporalmente mientras se completaba la misma.
La agencia se ha enfrentado a problemas presupuestarios desde 2018, cuando Estados Unidos, su principal donante, suspendió su ayuda de 360 millones de dólares al año. Tanto Estados Unidos como Israel han acusado a la UNRWA de mala gestión y de incitación anti-israelí.
"He rechazado estas acusaciones desde el principio y seguiré haciéndolo", ha defendido en una entrevista concedida a la cadena suiza RTS. "No hay corrupción, fraude o apropiación indebida de ayuda", ha sostenido.
En su carta de dimisión al secretario general de la ONU, António Guterres, a la que ha tenido acceso Reuters, Krahenbuhl se queja de que la investigación "ha estado plagada de filtraciones (...) pese a su compromiso personal de confidencialidad".
Además, niega lo que califica de "denuncia infundada de que mantuve una relación romántica con un miembro del personal". Krahenbuhl asegura que está "por encima de la política que ha gobernado todo este proceso" y que dimite "con la firme convicción de que es lo mejor para los refugiados palestinos, para mi familia y para mí".
"Una mayor demora solo beneficiaría a aquellos que han estado activamente implicados en ataques políticos, financieros y personales en los dos últimos años con el objetivo declarado de minar a la UNRWA y la integridad de los refugiados palestinos", sostiene.
Según Krahenbuhl, la decisión de Washington de suspender su financiación ha provocado "una crisis financiera existencia" a la UNRWA.
Krahenbuhl fue notificado el pasado mes de marzo de que estaba en curso una investigación por parte de la Secretaría General de la ONU "en base a denuncias recibidas contra el personal de la UNRWA relacionadas con una conducta insatisfactoria", si bien no se hicieron públicos los detalles de las acusaciones.
La agencia de la ONU se ha enfrentado a dificultades presupuestarias desde 2018, cuando Estados Unidos, su mayor donante, suspendió su aportación de 360 millones de dólares al año esgrimiendo que algunas de sus actividades eran anti-israelíes.
Suiza, Países Bajos y Bélgica también han suspendido sus pagos por motivos de gestión que ahora están siendo investigados. Según una portavoz citada por Reuters, UNRWA necesita aún 89 millones de dólares para seguir operando hasta finales de año.
