PARÍS, 10 Dic. (EUROPA PRESS) - El jefe de Estado ha atribuido parte de la violencia la "indulgencia" de la que se han beneficiado sus culpables por parte de "políticos irresponsables" y de "oportunistas" cuyo único objetivo sería "llevar a la República al desorden y la anarquía". Frente a ello, ha hecho un llamamiento a recuperar la normalidad en todo el territorio nacional. "Cuando la violencia se desata, la libertad cesa. De ahora en adelante, la calma y el orden republicano deben reinar", ha señalado el mandatario francés. En lo que a él respecta, ha admitido que en este año y medio su Gobierno "no ha sabido dar una respuesta rápida". "Y asumo mi responsabilidad", ha declarado. "Puede que les haya dado la sensación de que no estaban entre mis preocupaciones ni entre mis prioridades, de que no era mi problema", pero no es así, ha asegurado. Al margen de estas medidas de "emergencia económica y social", ha considerado necesario alcanzar "un nuevo contrato" social para Francia y con este objetivo ha convocado a todos los agentes políticos, económicos y sociales a "una reflexión profunda, a un debate sin precedentes". El líder europeo se ha atrevido incluso a proponer una revisión de "la organización del Estado", "demasiado centralizado desde hace décadas" en París, cuestionando de esta forma una de las señas de identidad de Francia: el centralismo. Al mismo tiempo ha expresado su confianza en que desde la unidad, el respeto y el diálogo el país saldrá con éxito de esta catarsis. Macron se ha ofrecido a "coordinar" este esfuerzo nacional y ha anunciado que se reunirá con todos los alcaldes, los "interlocutores naturales" de la ciudadanía, "para sacar adelante este nuevo contrato con la nación".