Actualizado: sábado, 5 diciembre 2015 6:23

KUALA LUMPUR, 5 Dic. (Reuters/EP) -

La Policía de Malasia ha informado este sábado de la detención de cinco personas, entre las que se encuentra un europeo empleado como profesor, bajo sospechas de tener algún tipo de vinculación con grupos islamistas radicales como el autodenominado Estado Islámico o Al Qaeda.

Malasia se encuentra en alerta elevada tras conocerse varias informaciones de que una decena de sirios relacionados con el grupo Estado Islámico había entrado en el país vecino, Tailandia, el pasado mes de octubre para atacar intereses rusos.

El jefe de la Policía malasia, Jalid Abu Bakar, ha indicado en un comunicado que se trata de cuatro extranjeros y un nacional. Las detenciones han tenido lugar desde el pasado 17 de noviembre hasta el 1 de diciembre. Entre ellos se encuentra un europeo de 44 años empleado como profesor temporal en el estado de Penang. Según la propia Policía, éste tiene vínculos con Al Qaeda y ha participado en actividades de los combatientes en Afganistán y Bosnia.

Otros tres sospechosos --un indonesio de 31 años, un malasio y un bangladeshí-- forman parte de una célula vinculada al autodenominado Estado Islámico y tenían como tarea principal reclutar voluntarios para llevarse al extranjero a realizar actividades con los combatientes. El líder de dicha célula era el indonesio, quien juró lealtad al líder del EI, Abubakr Al Baghdadi, a través de su cuenta oficial de Facebook el pasado 2014.

"Él, junto al malasio, es sospechoso de actuar como elemento para facilitar la organización de individuos, tanto de Malasia como de otros países del sudeste asiático, para unirse al Estado Islámico en Siria", ha indicado Jalid.

El sudeste asiático se enfrenta a la amenaza de ataques inspirados en este grupo terrorista, diseñados para "enaltecer el terrorismo", según indicó un ministro malasio el mes pasado, elevando el temor de que combatientes en el campo de batalla vuelvan de Siria para perpetrar ataques similares a los que tuvieron lugar en París el pasado 13 de noviembre y que dejaron 130 muertos.

En septiembre, la Policía de Malasia frustró un intento de detonar bombas en la zona turística de Bukit Bintang, en la capital.

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