La ONU denuncia que más de 1.200 niños han muerto en campamentos de refugiados en Sudán desde el inicio de la guerra

Archivo - Una calle en la ciudad sudanesa de Al Fasher durante los combates entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF)
Archivo - Una calle en la ciudad sudanesa de Al Fasher durante los combates entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) - Stringer/Imageslive Via Zuma Pre / Dpa - Archivo
Publicado: martes, 19 septiembre 2023 12:07

UNICEF alerta de que miles de recién nacidos corren el riesgo de morir antes de que termine el año

MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

Naciones Unidas ha denunciado este martes que más de 1.200 niños refugiados menores de cinco años han muerto en cinco de campamentos situados en el estado sudanés de Nilo Blanco, en la frontera con Sudán del Sur, desde el estallido en abril de la guerra entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) a causa de una "mortal combinación" provocada por un brote de sarampión y altas tasas de desnutrición.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han detallado en un comunicado conjunto que durante este periodo se han documentado otros 3.100 casos sospechosos de sarampión, mientras que también hay datos sobre más de 500 casos sospechosos de cólera en otras partes del país africano, que se solapan con otros brotes de dengue y malaria.

"El mundo tiene los medios y el dinero para evitar cada una de estas muertes por sarampión y desnutrición", ha dicho el jefe de ACNUR, Filippo Grandi, quien ha lamentado que "a pesar de ello, decenas de niños mueren cada día a causa de este devastador conflicto y la falta de atención global". "Podemos evitar más muertes, pero necesitamos dinero para la respuesta, acceso a las personas en situación de necesidad y, ante todo, el fin de los combates", ha señalado.

El conflicto ha tenido un grave impacto sobre el sistema sanitario sudanés, incluidos repetidos ataques contra instalaciones médicas, personal y pacientes, tal y como ha recordado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha afirmado que "los trabajadores sanitarios locales, con ayuda de la OMS y sus socios, hacen todo lo que pueden en condiciones muy difíciles, pero necesitan desesperadamente el apoyo de la comunidad internacional para evitar más muertes y la propagación de brotes".

"Pedimos a los donantes que sean generosos y a las partes en conflicto que protejan a los trabajadores sanitarios y el acceso a la sanidad a todos aquellos que la necesiten", ha especificado Tedros.

Asimismo, las agencias humanitarias recogen un aumento de los casos de niños llegados Renk, en Sudán del Sur, desde Sudán con sarampión o desnutrición, principalmente desde el estado de Nilo Blanco. En Sudán del Sur se han detectado más de 5.770 casos de sarampión, con 142 muertes. Los niños menores de cinco años son los más afectados, dado que suponen cerca del 70 por ciento de los casos y el 76 por ciento de las víctimas mortales.

La mitad de los niños afectados no estaban vacunados contra el sarampión, lo que revela carencias en el programa de inmunización, especialmente entre retornados y refugiados. Además, más de cien niños son ingresados de media cada mes en instalaciones médicas por desnutrición moderada o severa entre mayo y julio, muy por encima de los catorce ingresos mensuales previos al conflicto.

La situación es igualmente preocupante en la región etíope de Amhara (norte), foco de un brote de cólera en campamentos que acogen a 18.000 refugiados huidos de Sudán, y en Chad, donde se ha confirmado que cerca de 13.000 niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda. La cifra de ingresos ha aumentado un 56 por ciento en la provincia de Ouaddai, que acoge a más del 80 por ciento de los refugiados llegados desde Sudán.

Por su parte, un portavoz del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), James Elder, ha alertado de que miles de recién nacidos sudaneses se encuentran en peligro de morir antes de que termine el año a causa del impacto de la guerra sobre los servicios básicos del país africano. Así, ha manifestado que el organismo "teme que muchos miles de recién nacidos mueran de aquí a finales de año debido al cruel desprecio por la población civil y los incesantes ataques contra los servicios de salud y nutrición".

"En Sudán nacerán unos 333.000 niños y niñas entre octubre y diciembre. Ellos, ellas y sus madres necesitan una atención calificada del parto. Sin embargo, en un país donde millones de personas están atrapadas en zonas de guerra o desplazadas, y donde hay una grave escasez de suministros médicos, esa atención es cada día menos probable", ha indicado.

PERIODO DE MORTALIDAD "SIN PRECEDENTES"

Así, ha subrayado que "los servicios de nutrición se encuentran también destrozados" y ha especificado que "cada mes, unos 55.000 niños y niñas necesitan tratamiento para la forma más letal de desnutrición". "Sin embargo, en Jartum menos de uno de cada 50 centros de nutrición está en funcionamiento y en Darfur Occidental es uno de cada diez", ha detallado.

"Las cifras oficiales de víctimas sitúan el número total de niños y niñas muertos en los combates en Sudán en 435. Dada la devastación total de los servicios de salvamento de los que depende la infancia, UNICEF teme que los ciudadanos más jóvenes de Sudán estén entrando en un período de mortalidad sin precedentes", ha alertado.

"Cuanto más dure el conflicto y persistan los bajos niveles de financiación, más devastador será el impacto. Este es el precio de la inacción", ha dicho, antes de especificar que durante su reciente visita a Sudán se ha reunido con civiles desplazados y "familias que llegan asustadas, hambrientas y habiendo dejado atrás todas sus pertenencias".

En este sentido, ha hecho hincapié en que "las mujeres y las niñas se ven continuamente aterrorizadas durante su huida" y en que "cada vez hay más informaciones de niños y niñas reclutados por grupos armados". "Sudán es ahora uno de los lugares más peligrosos para los trabajadores humanitarios", ha lamentado.

Elder ha subrayado sin embargo que, a pesar de todos estos riesgos, el organismo y sus socios están dando ayuda a los niños en el país africano, incluida la entrega de suministros sanitarios a 5,1 millones de personas, agua potable a 2,8 millones de niños y sus familias, tests de desnutrición a 2,9 millones de niños, ayudas económicas a 300.000 madres y hogares, y apoyo psicosocial, educación y servicios de protección a más de 282.000 niños y sus cuidadores.

"Necesitamos fondos. A partir de este mes, el llamamiento de UNICEF de 838 millones de dólares (cerca de 784 millones de euros) para llegar a casi diez millones de niños y niñas tiene menos de una cuarta parte financiada. Semejante déficit de financiación significará la pérdida de vidas", ha destacado.

De esta forma, ha abundado en que "el gasto del sector social está en fuerte caída" y ha añadido que "si UNICEF y sus socios de Naciones Unidas no pueden movilizar apoyo adicional, esto podría significar el colapso de los servicios sociales básicos en Sudán".

"Los trabajadores en primera línea llevan meses sin cobrar, no días o semanas. En un país con una inflación del 200 por ciento, enfermeras, médicos, profesores, trabajadores sociales, etc., no han recibido un salario durante meses", ha recordado, antes de reiterar la preocupación de UNICEF por el cierre de escuelas en el país africano.

Así, ha detallado que "Sudán ya se enfrenta a una de las mayores crisis educativas del mundo, con más de siete millones de niños sin escolarizar y 12 millones esperando a que las escuelas vuelvan a abrir", por lo que para los niños "la educación es algo más que el derecho a aprender".

"Las escuelas pueden proteger a los niños de los peligros físicos que los rodean, incluidos el abuso, la explotación y el reclutamiento en grupos armados. Si el conflicto provoca que las escuelas permanezcan cerradas, esto tendrá impactos devastadores para el desarrollo y el bienestar psicosocial de niños y niñas", ha manifestado.

Por último, Elder ha pedido "muchos más esfuerzos para detener la guerra" y ha sostenido que "a medida que continúan los ataques sin sentido contra los civiles y los servicios sociales, UNICEF necesita ayuda financiera y un acceso seguro y sin obstáculos para los trabajadores en primera línea".

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