MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El enviado especial de Naciones Unidas para el conflicto en Siria, Staffan de Mistura, ha asegurado este lunes que las conversaciones mantenidas con el presidente del país, Bashar al Assad, han sido "constructivas", después de que éste se comprometiera a estudiar su propuesta para interrumpir temporalmente los ataques en la ciudad de Alepo y permitir el acceso de ayuda.
"Las 'congelaciones' propuestas están destinada en primer lugar a reducir las hostilidades a partir de áreas específicas y con impacto nacional, y a permitir la vuelta a cierta normalidad para los civiles atrapados en el conflicto", ha detallado.
"En este sentido, la ciudad de Alepo ha obtenido un significado importante. Los esfuerzos diplomáticos en marcha estarían también destinados a incrementar la 'congelación' de las actividades militares para llegar a un proceso político nacional inclusivo", ha agregado.
En este sentido, De Mistura ha asegurado que procederá a tratar las modalidades de la interrupción de los enfrentamientos en Alepo a través de consultas con las autoridades sirias y las partes involucradas.
El enviado internacional ha expuesto su iniciativa personalmente a Al Assad, quien ha señalado que "merece consideración", según la agencia estatal siria de noticias, SANA. En este sentido, el dirigente sirio ha reiterado el "compromiso" de su Gobierno con "la seguridad de los civiles de todo el país".
Por otra parte, Al Assad también ha subrayado la necesidad de aunar esfuerzos para "combatir el terrorismo en Siria y en la región", toda vez que "representa una amenaza para el mundo entero". Damasco, sin embargo, permanece al margen de la coalición internacional liderada por Washington para combatir a Estado Islámico y otros grupos islamistas.
El conflicto, que se inició en marzo de 2011, se ha saldado por el momento con al menos 150.000 muertos y 680.000 heridos, si bien se considera que este balance es mucho más elevado.
Además, 10,8 millones de personas necesitan ayuda humanitaria dentro del país, entre ellos 6,5 millones de desplazados internos, a los que se suman alrededor de 2,5 millones de personas que han huido de la violencia a los países vecinos.
