Violencia contra las mujeres, una pandemia silenciosa

Madre con su hija en África
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Actualizado: jueves, 12 marzo 2015 10:23

MADRID, 12 Mar. (Por Raquel Martín, coordinadora del Área de Sensibilización de Entreculturas) -

   En el mundo, millones de mujeres y niñas son víctimas de discriminación, desigualdad, y violencia. Según el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para las Mujeres (UNIFEM) el 70 por ciento de mujeres en el mundo ha sufrido violencia en algún momento de su vida.

   Cerca de 133 millones de niñas son víctimas de mutilación genital. Más de 400 millones de mujeres se han visto obligadas a casarse en contra su voluntad. Las niñas que consiguen ir a la escuela salvando prácticas sociales discriminatorias, son población víctima de ataques en al menos 70 países. Las mujeres y las niñas representan hoy el 98% de las personas explotadas sexualmente atrapadas en redes de trata y convertidas en esclavas en pleno siglo XXI.

   Estas formas de violencia basadas en el género contra las niñas y las mujeres, como muchas otras aquí no mencionadas, constituyen según la propia ONU una forma de pandemia silenciosa, una trágica injusticia que aunque toma diferentes formas, existe y se reproduce en todas las sociedades del siglo XXI.

   Junto a esta realidad de discriminación las niñas y mujeres son también víctimas de la desigualdad económica y política. Las mujeres producen el 70 por ciento de alimentos pero tan sólo poseen el 2 por ciento de la tierra cultivable. Su representación política en los parlamentos del mundo no llega al 20 por ciento y su vulnerabilidad se acrecienta exponencialmente en contextos de crisis.

   El informe global sobre Género del Foro Económico Mundial nos dice que no hay ningún país en el mundo en el que una mujer cobre tanto como un hombre, al tiempo que estima que a la humanidad le va a costar 81 años cerrar esta brecha de género.

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EL ANTÍDOTO: LA EDUCACIÓN

   Una brecha que sin duda necesita de la educación para asegurar avances importantes. Aún no hemos sido capaces de suprimir las disparidades entre sexos en la enseñanza primaria y secundaria y lograr la igualdad de género en la educación.

   Hoy sabemos que la igualdad de género es una de las claves de éxito en las sociedades con mayor grado de cohesión y bienestar social. Los países con mayor igualdad entre hombres y mujeres experimentan progresos en diferentes ámbitos como mayor crecimiento económico, erradicación de la pobreza, acuerdos de paz más duraderos, marcos democráticos estables y promulgación de leyes de protección a las poblaciones vulnerables.

   Una igualdad que constituye en definitiva, un  derecho y un fin sí mismo para millones de mujeres y niñas en el mundo que reclaman un horizonte de justicia y dignidad.

   La educación de las niñas y las mujeres es un derecho irrenunciable, una cuestión de justicia. Sólo la participación de las mujeres en la toma de decisiones políticas y económicas puede permitir tener en cuenta la perspectiva de su sufrimiento y las causas estructurales que lo originan.

   Sólo garantizar el derecho a la educación para todas las niñas del mundo puede permitir que cuenten con recursos y capacidades para asegurar su toma de decisiones de forma autónoma, y su acceso al poder en igualdad de condiciones.

   El mismo informe Global sobre Género del Foro Económico Mundial señala en palabras de su autora, Saadia Zahidi, como "gran parte de los avances en materia de igualdad de género conseguidos durante los últimos diez años han venido derivados de la entrada de más mujeres a la política".

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DISMINUIR LA BRECHA DE DESIGUALDAD

   Disminuir por tanto la brecha de la desigualdad sólo será posible garantizando el acceso a la educación para las más 31 millones de niñas que aún no van al colegio y para las 400 millones de mujeres analfabetas.

   Una educación equitativa, inclusiva, capaz de ofrecer no sólo pupitres y escuelas sino estrategias de superación de la desigualdad económica y social, protección y seguridad frente a la violencia y discriminación positiva frente al rechazo a su escolarización del entorno familiar y cultural.

   Este mes de marzo se ha conmemorado en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer. Muchas mujeres y hombres reivindican en esta fecha que los derechos de miles de niñas y mujeres en el mundo siguen siendo vulnerados, pero también es un momento para celebrar que siguen aumentando las personas que se movilizan a diario para terminar con esta pandemia.

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MOMENTO HISTÓRICO

   Este año la comunidad internacional y la sociedad tenemos una oportunidad histórica para demostrar que queremos un mundo de igualdad. En 2015 se celebran 20 años de la Plataforma de Acción de Pekín, hoja de ruta para la materialización de los derechos de las mujeres, y se cumple la fecha fijada para el cumplimiento de los Objetivos de la Educación para Todos (EPT) y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

   Una oportunidad de la sociedad civil para reivindicar los avances y alertar respecto a los retrocesos. Una oportunidad también para influir en una nueva agenda de desarrollo que será debatida en la Cumbre Especial sobre Desarrollo Sostenible convocada por Naciones Unidas en la segunda quincena de septiembre próximo.

   Una oportunidad histórica para presionar a nuestros gobernantes y lograr que contraigan compromisos reales para acabar con una lacra que el mismo Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define como "una de las más frecuentas y silenciosas formas de violación de los Derechos Humanos".

   Un hito de especial transcendencia para Entreculturas en el que alzar la voz por el derecho a una educación transformadora, que signifique motor de cambio real y de acceso a otros derechos económicos, sociales y políticos para millones de mujeres y niñas en el mundo.

   Por ello queremos trasladar 25.000 firmas a los representantes del Gobierno español que participarán en el debate sobre la nueva Agenda de Desarrollo de Naciones Unidas, para que se comprometan por una educación inclusiva, con perspectiva de género, como garantía de una agenda política mundial que sea luz para la transformación de la injusticia y cambio real en la vida de millones de personas.

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