Los otros dos hijos del acusado de matar a su mujer recuerdan a su madre como una musa inocente y esclava

Actualizado: jueves, 3 diciembre 2009 17:02

"Quería a sus súbditos a su lado y estaba obsesionado con que su mujer volviera con él", además de que "le gustaba llamar la atención"

MURCIA, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los otros dos hijos de José Vicente M., a quien se le juzga desde el pasado martes en la Audiencia Provincial de Murcia por el asesinato presuntamente de su mujer en enero del pasado año, recordaron a su madre como una "musa inocente y esclava, triste y amargada, que vivía las 24 horas del día para él".

En la tercera sesión de la vista oral con jurado popular, uno de los hijos del procesado, que se marchó de casa en septiembre de 2007 con su madre, describió que el ambiente familiar que había en casa era "tenso", y su padre "ordenaba y mandaba, y los demás obedecían y callaban".

Las discusiones, según comentó en su declaración, eran frecuentes, y se producían cualquier día que se le ocurriera a su progenitor, aunque matizó que por celos nunca éstas se debieron.

La personalidad del acusado se caracterizaba por ser "autoritaria, aprovechándose de nuestra debilidad", dijo este testigo, quien dejó claro que la enfermedad que padece y los dolores de espalda no propiciaron que este carácter se acentuara, sino que más bien "siempre ha sido así".

Aunque afirmó que nunca le vio moratones a su madre, sí que puso de manifiesto que las agresiones que ésta sufría durante su convivencia conyugal eran "verbales y de humillación"; un extremo que una médico que compareció también hoy apreció cuando le pasó consulta al paciente, ya que iba acompañado de la víctima.

ACTITUD OBSESIVA HACIA SU MUJER.

Fue en septiembre de 2007 cuando este testigo y su madre decidieron marcharse de casa, momento en el que el acusado llamó a la Policía para decir que su hijo había pegado a su mujer. Una vez que los agentes se presentaron en el domicilio, comprobaron que la aparente víctima estaba bien, por lo que se marcharon del lugar sin mayor incidente.

Cuando se marcharon a la casa que la hermana de la víctima tenía en Alicante, señaló que su padre se presentó allí y "amenazó a todo el mundo con su actitud agresiva, porque quería a sus súbditos a su lado y estaba obsesionado con que su mujer volviera con él", al mismo tiempo que "le sacaba provecho a su dolor de espalda y le gustaba llamar la atención".

A preguntas del Ministerio Fiscal sobre el arma homicida, un cuchillo de 13 centímetros de hoja, este testigo declaró que lo compró hacía seis años en un viaje que realizó a Punta Cana y que había visto en el lateral del asiento del conductor unos dos o tres meses antes. La razón de por qué lo llevaba en el coche pudo deberse, explicó, a que su progenitor era una persona "conflictiva" y pretendía "asustar" a la gente y "atemorizaba a todos", ya que era un "sacabarrigas".

Y es que, opinó, su padre era una persona que "atemorizaba a muchos, a las enfermeras las tenía atemorizadas y también a sus propios hijos".

A pesar de todos estos hechos, este hijo de la víctima y el acusado aconsejó a su madre que denunciara y empezara a dar "pasos firmes, pero ella quería estar tranquila, porque estaba hecha un pajarito y mal psicológicamente".

"Le dije a mi madre que no la quería volver a ver a solas con él", pero el día en que ocurrieron tales hechos, ella decidió acompañar a su marido de comprar. "Nunca piensas que te puede tocar a ti a pesar de que lo vemos a diario por televisión", enfatizó este testigo, quien sostuvo que nunca pensó que su padre llegaría al extremo de querer asesinarla.

Otro de los hijos de la pareja señaló que en la relación "había momentos buenos y malos, pero recuerdo más malos que buenos". "No era amable con nosotros para nada y pensaba en él, decía una cosa y tenía que ser eso", indicó, tras lo que puntualizó que con medicación o sin ella, "siempre ha sido así, pero nunca celoso". Sin embargo, resaltó que los celos comenzaron cuando decidió marcharse la víctima.

Asimismo, consideró que su padre era totalmente consciente de la vida que llevaba la víctima, pero insistió, al igual que su hermano, que nunca temió por la integridad física suya o la de sus hermanos.

RESTOS DE SANGRE.

Durante la tercera sesión del juicio, que se reanudará a las 17.00 horas con la declaración prevista de los forenses y psiquiatras del caso, una de las doctoras que lo vio en un par de ocasiones lo definió como una persona "grosera con las enfermeras, exigente y maleducada", por lo que no accedió a volver a tenerlo en la consulta.

Para finalizar la jornada matutina, declararon dos policías nacionales y por videoconferencia los judiciales, que aseguraron que en el cuchillo y jersey del acusado había restos de sangre de la víctima "al cien por cien".

Los policías que realizaron la inspección ocular del coche y tomaron muestras explicaron que la víctima estaba en el interior del turismo, tapada con un parasol, y semiacostada hacia la izquierda en la parte del asiento del conductor. A simple vista, relató, se observaban dos heridas.

"Había sangre por el coche, en el salpicadero y la luna del cristal, en el suelo y en la ropa", argumentó uno de los agentes, quien describió que el interior del turismo estaba "revuelto".