Condenados en Valladolid a penas que suman más de once años un recluso y su novia por introducir droga en la cárcel

Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 18 noviembre 2009 18:48

VALLADOLID 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia vallisoletana impuso penas que suman en su conjunto más de once años de prisión a la pareja compuesta por Aquilino M. y Soraya J.G. por haber intentado introducir droga en el Centro Penitenciario de Valladolid durante un 'vis a vis' que mantuvo en agosto de 2006 en dicho penal, donde se hallaba ingresado el primero de ellos.

En su sentencia, la Sala condenó a la pena más elevada a Aquilino M, en concreto a seis años y nueve meses--el fiscal pidió para él siete años de cárcel--, al aplicarle la agravante de reincidencia, ya que cuenta en su haber con varias condenas por delitos contra la salud pública, mientras que sobre su novia recayeron cuatro años y medio de cárcel, un mes menos de lo que había pedido para ella el acusador público, y todo ello junto con una multa para cada uno de 400 euros, según informaron a Europa Press fuentes del caso.

Los hechos, que han concluido en sentencia condenatoria por delito contra la salud pública en grado de tentativa, se produjeron sobre las 17.45 horas del día 21 de agosto de 2006 en la sala de comunicaciones del Centro Penitenciario de Valladolid, donde, sobre una mesa en la que 'comunicaban' los dos procesados, los funcionarios hallaron dos pastillas de Alprazolan, una bolsita con una sustancia beige que luego resultó ser heroína y dos trozos sólidos marrones de hachís.

Tras el registro practicado a la novia del recluso, los funcionarios le ocuparon, en el interior de una bolsa de deporte que llevaba, cien pastillas similares a las existentes sobre la mesa.

La Sala, tal y como había esgrimido el fiscal, considera acreditado que las pastillas y sustancias intervenidas fueron introducidas en el centro penitenciario por Soraya J.G. para su entrega a su compañero sentimental, al objeto de que éste pudiera traficar con ellas dentro del establecimiento.

El recluso, que actualmente se encuentra en prisión, calificó de "imposible" que él hubiera introducido las sustancias en la sala porque se encontraba en un módulo de aislamiento y se le practicaban cacheos "rigurosos" al entrar, incluso completamente desnudo, e indicó además que no podía traficar al estar aislado por una sanción interna de la prisión.

Por su parte, su pareja, que se negó a declarar, sí añadió al final de la vista que esa bolsa en la que se encontraron cien pastillas estaba en el lugar cuando ellos entraron para mantener la 'comunicación'.

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