Actualizado 27/05/2011 14:00

Carlos Carnicero.- Chacón se pasó de frenada.

MADRID 27 May. (OTR/PRESS) -

El riesgo de ir demasiado rápido es pasarse de frenada. Carme Chacón, hace sólo unos días, fue a dar queja al presidente de Gobierno por la iniciativa de Patxi López de promover un congreso extraordinario para facilitar el debate interno tras la catástrofe del 22-M. Consideraba la ministra de Defensa que detrás de esa iniciativa, que ha ido creciendo a pesar de la oposición radical del presidente del Gobierno, estaba Alfredo Pérez Rubalcaba y que le perjudicaba personalmente. Ella quería primarias y contaba con el apoyo del PSC, que en eso de secundar a los paisanos son todo un ejemplo.

Por sorpresa, la ministra de Defensa, aguantando el llanto, ha dicho que se retira de la carrera electoral interna por una decisión "autónoma, individual y personal"; tal vez demasiados adjetivos para recolocar que no ha estado determinada o influida por nadie. Excusatio non petita.

Me imagino que habrá quien quiera ver en esta decisión un ejemplo de responsabilidad, pero a mi me parece una decisión marcada en el realismo de que oponerse a un congreso extraordinario -cuyo clamor se extiende por las bases del partido- ir a quejarse contra Rubalcaba al presidente, había dejado a la política catalana al borde del ridículo.

Desde hace muchos meses el gabinete del Ministerio de Defensa -a cuyas reuniones ha estado asistiendo con asiduidad su marido, el asesor de Zapatero y ex secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso- estaba trabajando casi a full time en la promoción de la candidatura de la ministra. Es una decisión prudente y arriesgada: nunca se sabe si va a volver a pasar el mismo tren o si va a haber hueco en la estación. Pero Carme Chacón sabía que oponerse al congreso y quejarse a Zapatero era un peso muerto imposible de levantar.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Cuando la realidad atropella

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Por qué esta Constitución ya no nos sirve (del todo)

Foto del autor

Luis Del Val

Uñas pintadas como obligación

Foto del autor

Julia Navarro

El perdón