Actualizado 29/04/2011 14:00

Fernando Jáuregui.- Creánlo: esto mejora...

MADRID, 29 Abr. (OTR/PRESS) -

Puede que alguien me crea excesivamente ingenuo si digo -si repito una vez más -_ que la lucha contra ETA mejora. Que la banda del horror anuncie a los empresarios el fin del mal llamado 'impuesto revolucionario' es, me parece, una buena noticia que sigue a un cúmulo de otras buenas noticias. Insisto: no soy tan crédulo como para pensar que los terroristas se han convertido súbitamente al bien, que han abrazado la ideología democristiana y que, en adelante, solo harán obras de caridad. Con esos fanáticos hay escasos razonamientos posibles.

Ya sé, o intuyo, que la inminente decisión del Tribunal Supremo sobre la ilegalización o no de la coalición 'abertzale' Bildu, heredera de Batasuna, tiene mucho que ver con estos 'pasos adelante' de ETA. A la banda le conviene tener gente afín, o al menos no contraria, en los ayuntamientos, en las diputaciones, en cuantas instituciones puedan. Dudo mucho, empero, de que el Tribunal se deje influenciar por el anuncio de la renuncia al chantaje económico. Creo, más bien, que los temores del Gobierno, de los partidos democráticos en general, se basan en que la fundamentación jurídica y legal para solicitar la ilegalización puede no resultar demasiado consistente. No soy jurista, aunque he consultado con varios, y dejo, pues, la cosa en este punto.

Pero creo que no importan demasiado las razones 'secretas' que la banda pueda tener para sus pasos adelante; lo fundamental es que no maten, que no secuestren, que no chantajeen. Y estoy convencido de que todo esto, como decía este jueves el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y como sugería el propio lehendakari Patxi López, es irreversible. No puede ser ya de otro modo, porque lo cierto, pienso, es que ETA se halla en fase terminal, y necesita cubrir sus miserias con el lenguaje altisonante de sus dos últimos comunicados. Al fin y al cabo, cada avance de la democracia se ha producido como consecuencia de presiones, de derrotas de unos y de victorias de los otros.

Es inútil pretender que los etarras vayan a acudir con el carné de identidad en la boca y las armas enterradas en desfile a la Dirección General de Seguridad, con una declaración de rendición escrita en una pancarta. Las cosas difícilmente van a ser así, por mucho que a todos nos gustaría. Ahora más que nunca son necesarios la flexibilidad dentro de la firmeza, el talento político y el sentido del Estado. Ahora menos que nunca se debe convertir la lucha antiterrorista en objeto de pelea electoralista entre los partidos. Entramos en jornadas cruciales en las que el Estado de Derecho, el consenso político y la democracia deben primar sobre otros valores, perfectamente legítimos, sí, pero acaso menos convenientes.

Sí, lo digo alto y claro: me importa menos la legalización de la coalición Bildu que sembrar en el País Vasco nuevas semillas de victimismo y de rencor. O, incluso que retorcer excesivamente la ley, o su espíritu. Y, por cierto, amigo lector, se lo aseguro: me gusta menos que a usted ver a ciertos tipos ejerciendo una alcaldía o una concejalía en mi muy querido País Vasco. O donde fuere.

fjauregui@diariocritico.com