Actualizado 10/04/2007 02:00

Fernando Jáuregui.- No te va a gustar.- Si Pere Navarro fuese torero...

MADRID 10 Abr. (OTR/PRESS) -

El director general de Tráfico es un tremendista. Si fuese torero, sería como El Cordobés. Le gusta provocar titulares como "evitemos esta Semana Santa llegar al centenar de muertos". Y, claro, se ha tenido que tragar sus previsiones, lo cual es ciertamente trágico. Cree que solamente con el palo mejorarán estas cifras de vértigo, que ensombrecen el regreso de cada período de vacaciones. En el fondo, piensa que el conductor es un homicida en potencia, un delincuente al que le gusta correr y no ponerse el cinturón de seguridad con el único objetivo de fastidiar a la Administración. Y, que yo sepa, don Pere Navarro apenas contempla otros factores, como el estado del tiempo, las anomalías en las carreteras o el hecho de que el urbanismo y la planificación a la hora de construir apenas existen, lo que incide directamente sobre el tráfico, sus aglomeraciones y sobre el estado anímico del automovilista.

Mis contactos con sucesivos directores generales de la cosa, con expertos de la guardia civil y con estudiosos del Ayuntamiento de Madrid me han convencido de que no basta con endurecer el Código Penal y poner en marcha campañas de publicidad aterradoras para que las cifras de pesadilla desciendan como por ensalmo. Fui y soy partidario de implantar el carné por puntos, pero quienes lo aplican parecen más interesados en quitarte unos cuantos cupones por no llevar el cinturón en un corto recorrido en ciudad que en atacar los verdaderos peligros.

Y, suponiendo que el conductor sea efectivamente responsable de una mayoría de accidentes, que sin duda lo es, los verdaderos peligros casi nunca están en la ciudad (los 'cabezas de huevo' que dicen planificar estas cosas pensaban castigar hasta con cárcel a quienes circulen a noventa por hora en los cascos urbanos) y bastante pocas veces en las autovías, que es donde se concentran la vigilancia y los radares. Un mínimo estudio estadístico nos demuestra que buena parte de los accidentes ocurre en trayectos cortos, por vías secundarias, donde la gente baja la guardia porque "total por diez kilómetros" y, encima, con escasa o ninguna vigilancia, no merece la pena extremar los cuidados.

Hay más: un auténtico combate contra la siniestralidad en carretera exige una comisión interministerial que comience por lo básico, es decir, por enseñar prudencia y civismo a los futuros conductores. Existen hasta nueve ministerios que deberían formar parte de esa comisión, de la que saldrían medidas concretas para detener la sangría en las carreteras: Interior, Medio Ambiente, Industria, Fomento, Trabajo, Educación, Cultura, Vivienda y hasta Exteriores. Porque salvar vidas cada fin de semana es algo demasiado importante como para solventarlo a base de que el conductor piense, cuando es sorprendido 'in fraganti': "la he cagao...". Frase que, por cierto, no es mía, sino del señor director general don Pere Navarro, y que resume toda una filosofía. Ya digo: si fuese torero...

Fernando Jáuregui.

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