Actualizado 21/07/2010 14:00

José Cavero.- Controladores aéreos militares para situaciones especiales.

MADRID 21 Jul. (OTR/PRESS) -

Repetidamente, el Gobierno ha contemplado la posibilidad de "militarizar" el servicio del control aéreo en los aeropuertos españoles para afrontar los problemas que estos profesionales han puesto, una y otra vez, y sobre todo en las etapas de mayor utilización de aviones y aeropuertos. La batalla del Ministerio de Fomento, y del propio ministro José Blanco, contra las "huelgas no declaradas" de estos profesionales ha sido una constante en los últimos años. Primero, se tradujo en un recorte sustancial de sus sueldos, considerados excesivos y desmesurados. Ahora, el ministro de Fomento ha anunciado las "medidas alternativas" que prepara el Gobierno para hacer frente al conflicto con los controladores aéreos.

Según Blanco, el Ejecutivo va a habilitar a los controladores militares para que, en "situaciones excepcionales", complementen el trabajo de los civiles. La decisión se tomó este lunes en una reunión con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y la ministra de Defensa, Carme Chacón, según explicó Blanco. Además, Radio Nacional y la Ser informaron de que Defensa está estudiando la vialidad legal de esta posibilidad. En efecto, debe procurarse una circunstancia, para que el personal de Defensa pueda ocupar puestos de trabajo en los aeropuertos civiles: el ministro ha explicado que se requiere una orden del presidente. "Vamos a proceder ya a tener modus operandi alternativos porque la determinación es clara: tenemos que garantizar el tráfico aéreo", se ha justificado el titular de Fomento.

Sobre la situación que este martes se vive en los aeropuertos, Blanco informó que el 32 por ciento de los trabajadores del centro de Gavá en Barcelona seguían de baja. Ayer, el 36 por ciento de ellos no acudió a su puesto por razones médicas. Según ha concretado AENA, faltan 13, con lo que hay 40 operativos. Pese a ello, los aviones operaban con normalidad y no se registraban retrasos destacados, pero las mismas fuentes añadían que habrá que esperar a horas en las que haya mayor número de vuelos para ver las consecuencias que tiene. Según ha admitido el ministro, las causas que aducen para no acudir a trabajar, estrés, ansiedad o depresión, son situaciones "incompatibles" con las condiciones que deben reunir para ejercer su labor. Por este motivo, ha amenazado con que si estos motivos se reiteran, "probablemente" habrá que cambiar el tipo de pruebas que se realizan para acceder al puesto ya que, ante las reiteradas ausencias, AENA puede estar contando ahora con "personas que no están capacitadas para desempeñar ese trabajo". También ha advertido de que si la investigación de la Seguridad Social confirma que las bajas no fueron justificadas "puede haber despidos".

El pasado mes de febrero, el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, recordó que la ley prevé la intervención de controladores militares en determinadas situaciones para garantizar la seguridad en la navegación aérea. En enero, la asociación de controladores aéreos militares se ofreció a suplir a los controladores aéreos civiles en caso de nuevo caos aéreo. En la misma línea que Blanco, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmaba en la emisora Rac 1 que el Ejecutivo está "haciendo todo lo que procede en el ámbito de las medidas legales" para revertir una situación que "causa de forma muy injusta graves perjuicios a los ciudadanos". "Es una situación intolerable", ha reconocido.

Fomento vive estos días un conflicto con los controladores, cuyas bajas médicas se han disparado en los últimos meses coincidiendo con la entrada en vigor del decreto ley que cambió sustancialmente sus condiciones de trabajo y la negociación del convenio. El ministerio atribuye esta situación, que ha generado retrasos en los vuelos durante las últimas jornadas, a una huelga encubierta, mientras que el sindicato de mayoritario lo atribuye al estrés y la presión que supone la nueva norma. Además, achacan las demoras a la mala organización de sus turnos y advierten de que, si la situación no cambia, lo que queda de verano será "más complicado" que hasta ahora. El pulso, por tanto, prosigue y está por ver si Blanco termina por imponer "la ley y el orden" a unos funcionarios tradicionalmente mimados y con más atribuciones de las que debieran corresponderles...

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