MADRID 2 Mar. (OTR/PRESS) -
No goza de la mejor imagen el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ni siquiera entre sus propios colegas de gabinete. Ahora, Corbacho, ha revelado que pactó con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su ausencia en la comisión gubernamental que integran Elena Salgado, José Blanco y Miguel Sebastián "Lo hablé antes con Zapatero en La Moncloa", explicó en una entrevista a Com Ràdio antes de justificar esta decisión en la voluntad del Ejecutivo "de no mezclar las cosas", en referencia al hecho de que los temas relativos a su departamento, mercado laboral y pensiones, tienen su propio marco para las negociaciones. No obstante, admitió que "el gobierno no lo explicó bien", lo que dio lugar a "interpretaciones" por parte de la opinión pública, tan propensa a "las quinielas de los ministros que bajan y los que suben y si hay una crisis cerca o lejos". Asimismo, Corbacho auguró hoy que los datos de paro de febrero, que se conocerán esta semana, mostrarán que la destrucción de empleo siguen subiendo, pero bastante menos, "de manera más lenta y no a la velocidad a la que lo hacía en la primera mitad de 2009". El ministro ha señalado que mientras la economía siga en crecimiento negativo, el paro no se recuperará, aunque su avance se ha "ralentizado de una manera importante" porque España, en su opinión, ha entrado en "la fase final del ajuste". Según sus cálculos, la destrucción de empleo estará más cercana a la que tuvo lugar a finales de 2007 y principios de 2008 que a 2009, aunque ha admitido que hasta que no concluya el ajuste, no dejará de subir el paro. Ha llamado la atención la opinión de Corbacho sobre el resultado del primer encuentro Gobierno-partidos, en el Palacio de Zurbano.
Según el titular de Trabajo, el PP "ya ha decidido que de ninguna manera arrimará el hombro junto al Gobierno para luchar contra la recesión, porque considera que la crisis es su gran aliado a corto plazo". En su opinión, el hecho de que este pacto "no dará soporte" al PP de cara a las urnas, está en la base de su rechazo. Choca en esta opinión con la de la vicepresidenta Elena Salgado, para quien hubo "un acercamiento" con el PP. Pese a las declaraciones que hizo el principal partido de la oposición tras el primer encuentro entre el Ejecutivo y el resto de grupos. La ministra de Economía y Hacienda ha defendido que es cierto que el PP, durante la reunión "se mostró crítico, pero también receptivo con las propuestas". "Hay un acercamiento en el sentido en el que estamos hablando con el PP y será el primer partido con el que el Gobierno se verá en las reuniones bilaterales. Además, ha dicho que va a escuchar las propuestas", añadió Salgado en las declaraciones que hoy hizo a Catalunya Ràdio, antes de reiterar que el Gobierno "tiene mucho interés en llegar a un acuerdo con el PP, pero también con el resto de formaciones. El objetivo del Gobierno, ha destacado Salgado sin querer desvelar cuáles van a ser las propuestas concretas que hoy mismo trasladará al resto de partidos, es "conseguir un acuerdo lo más amplio posible sobre el mayor número posible de temas" para reactivar la economía. No obstante, ha advertido de que, en caso de no ser posible un pacto, el "Gobierno seguirá gobernando". Entre las medidas más urgentes que ahora toca decidir, Salgado ha recordado que la prioridad está en la reducción del déficit, establecer medidas que incidan directamente en la recuperación económica, y mejorar la competitividad. Sobre el primer punto, se ha mostrado confiada en que es viable devolver el déficit al 3% de aquí hasta 2013 si se hace un "esfuerzo entre todos" y se cumple con el "conjunto de medidas" que se han puesto en marcha. Entre ellas, ha recordado el plan de austeridad y la supresión de empresas públicas en las que se puedan poner en marcha procesos de fusión o concentración, sobre todo aquéllas con una actuación más instrumental y sin un gran número de trabajadores.
Otras declaraciones del momento son las del jefe del Gobierno, Rodríguez Zapatero, al diario alemán Francfurter Allgemeine, en las que insiste en que la situación presupuestaria de España no es comparable a la de Grecia, país al que, en su opinión, la Unión Europea (UE) deberá ayudar en caso de necesidad. "España tiene un gran punto a favor: como Estado es muy solvente. Y se ha referido a datos hablan por si solos: En el endeudamiento estatal estamos un 20% por debajo de la media europea, afirmó el presidente, antes de viajar a Alemania en visita oficial. Según sus cálculos, lo que tiene que aportar España en relación a la deuda del año 2009 es menos que lo que tuvieron que pagar Alemania o Francia. Asimismo, no ha dejado lugar a dudas de que su Gobierno logrará cumplir su plan de reducir el déficit en el plazo de tres años, como también ha sostenido Elena Salgado.