Actualizado 21/07/2010 14:00

Julia Navarro.- Escaño Cero.- Cuestión de precio.

MADRID 21 Jul. (OTR/PRESS) -

Que el Gobierno está solo no es una opinión, sino una evidencia. Semana tras semana el PSOE se las ve y se las desea para sacar adelante sus proyectos en el Parlamento, tanto que ya ha sufrido unos cuantos reveses. Seguramente por eso, el lehendakari Patxi López se puso en lo peor el pasado fin de semana durante la reunión del Comité Federal de su partido.

López avisó que no estaba dispuesto a que el País Vasco se convirtiera en moneda de cambio para que Zapatero pueda seguir gobernando. No es que López pretenda que el PSOE pierda el poder en el resto de España, ni mucho menos, pero lo que no quiere es que la moneda de cambio sea poner de nuevo al País Vasco en manos del PNV.

Sin embargo, el Gobierno le hace más que guiños al PNV para que le ayude a llegar hasta el final de la legislatura, y el PNV no dice que no, pero naturalmente pone un precio. El PNV es el único partido de la Cámara Baja que no tiene nada que perder por apoyar a Zapatero. No tiene elecciones a la vista y el sistema fiscal del País Vasco les permite tener unas cuentas al margen de las del Estado y, además, su principal propósito es romper como sea el acuerdo entre López y Basagoiti y recuperar cuanto antes el poder.

No sé hasta dónde está dispuesto a llegar el presidente Zapatero ante las demandas del PNV para que le ayude a mantenerse en el poder, pero si sé que desde que Patxi López gobierna en el País Vasco las cosas han cambiado y para bien. En primer lugar se ha roto esa especie de leyenda de que sólo los nacionalistas podían gobernar el País Vasco o de lo contrario podía pasar cualquier cosa. Sin embargo, el PNV no gobierna y no ha pasado nada, o bueno sí que ha pasado, ha pasado que el País Vasco está más tranquilo, ha dejado de ser noticia todos los días a cuenta de las reivindicaciones, quejas y lamentos nacionalistas. Es decir, se ha demostrado de manera empírica que el País Vasco no es de los nacionalistas, sino de sus ciudadanos.

Pero el problema que tiene Zapatero es, en primer lugar, sacar adelante sus resoluciones consecuencia del debate sobre el estado de la Nación y, en segundo, continuar tirando millas hasta las próximas generales. Con el PP, que es su principal competidor, no puede contar para nada. Con CiU tampoco, en Cataluña hay elecciones autonómicas en otoño. Lo mismo puede decirse de Esquerra. En cuanto a IU, sólo dispone de un diputado; Coalición Canaria tampoco tiene escaños suficientes. De manera que sólo le queda el PNV que, naturalmente, no está dispuesto a prestar sus votos. La cuestión es, ya digo, cuál es el precio que Zapatero está dispuesto a pagar. Lo veremos a corto, a cortísimo plazo.

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