Rafael Torres.- Al margen.- Clásicos populares

MADRID 2 Ago. (OTR/PRESS) -

El jueves se emitió por última vez el programa "Clásicos Populares" en Radio Nacional tras más de treinta años en antena, y, en consecuencia, por última vez la sobremesa radiofónica de los españoles, o cuando menos la de los españoles con buen gusto y sed de belleza, fue ese territorio refinado, elegante, tranquilo, donde refugiarse gratis de la aparatosa estupidez de estos tiempos. "Clásicos Populares", el programa de Fernando Argenta y, hasta que la jubilaron en plena y radiante juventud, de Araceli Fdez. Campa, no era el último vestigio de la buena radio que RNE fue, pese a las interferencias políticas del gobierno de turno, durante las últimas décadas, pues queda otro, "La noche menos pensada", de Manolo H.H., si bien la cabeza le huele irremediablemente a pólvora. La decisión de la actual directiva de erradicar hasta la última seña de identidad de la radio estatal pública no culminó con el despido masivo, bien que vitaliciamente remunerado, de todos los profesionales mayores de 50 años (¡la edad en que uno empieza a saber algo de su profesión!), o con el desmantelamiento de los centros territoriales que le daban sentido de pública y estatal a la emisora, sino que persevera hasta que los últimos inquilinos de la Casa de la Radio de Prado del Rey sean desahuciados a fin de vender los terrenos. RNE, con la que tuve el honor de colaborar durante más de diez años en diversos programas (por cierto, a los colaboradores de los sitios se nos despide no ya sin indemnización alguna, sino sin un adiós siquiera), ya no es rentable ni útil como altavoz propagandístico de los gobiernos, que tienen ahora periódicos, televisiones y las nuevas tecnologías de la información a su servicio, y, con las mismas, se privatiza vergonzosa y vergonzantemente tras, eso sí, dejarla saneada a cuenta del Erario. Es una pena: sobremesas sin música apacible; noches ni más ni menos pensadas, es decir, sin pensamiento.

Rafael Torres.