Actualizado 10/04/2007 02:00

Ramón Pi.- Desde la libertad.- El conflicto

MADRID 10 Abr. (OTR/PRESS) -

La entrevista (o lo que sea) publicada en "Gara" con dos terroristas de la ETA no soporta el menor análisis racional. Es tal cúmulo de disparates, contradicciones, inventos y delirios sectarios y paranoicos, que quien se la tome en serio y trate de analizarla corre el riesgo de ingresar rápidamente en el club de los candidatos al frenopático más próximo. Sin embargo, hay algo real en ella, algo que hay que tener en consideración, aunque sólo sea por la larga experiencia en la materia: los entrevistados (o lo que sean) pertenecen a una banda que asesina, secuestra, extorsiona y destruye. Por lo tanto, cuando anuncian la probabilidad de "acciones", que así llaman a sus crímenes, es que el derramamiento de sangre es probable.

¿Quiere esto decir que, por muy locos que estén los entrevistados (o lo que sean), lo que dicen merece un análisis político? De ninguna manera: lo que merecen es un análisis psiquiátrico, y las correspondientes medidas preventivas por parte de la policía. Ésa es la única reacción razonable en un país que se tiene por democrático y avanzado. Someter a análisis político ese texto delirante significaría alguna de estas cosas: o que los responsables del Gobierno están tan majaretas como los majaretas de la entrevista o lo que sea; o que no están majaretas, sino que son presa de compromisos adquiridos con los majaretas; o que no son presa de compromisos con los majaretas, sino que están poseídos por el pánico y la cobardía; o, en fin, que no son demócratas, sino amantes obsesivos del poder.

Lo cierto, sin embargo, es que los partidos políticos, con la sola excepción del Partido Popular, han caído en la trampa de reaccionar a las amenazas de los majaretas analizando sus disparates con criterios políticos, como lo demuestra el hecho de considerar a Batasuna como algo distinto de la ETA, y aceptar la dialéctica del "conflicto político", cuando se trata de un problema grave de orden público. Error mayúsculo, que inutiliza todo lo demás. En el PNV, que busca los mismos objetivos que los majaretas, se comprende, aunque no pueda justificarse sin situar a ese partido entre los cómplices de la banda. Pero que el PSOE y el mismo Gobierno acepten la dialéctica de los asesinos no es siquiera comprensible.

Ramón Pi.

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