Actualizado 02/12/2012 13:00

Victoria Lafora.- Dijo Rajoy.

MADRID 2 Dic. (OTR/PRESS) -

Una de las mayores, más claras y más contundentes promesas electorales del Partido Popular fue la de bajar los impuestos. Dijo Rajoy: "Subir los impuestos hoy significa más paro y más recesión. Subir los impuestos hoy es darle una vuelta de tuerca más a las maltrechas economías de las familias y las empresas españolas. Subir los impuestos hoy significa que los españoles vamos a tener que pagar los errores y las "gracietas" del Sr. Rodríguez Zapatero, y eso es inaceptable".

Recién llegado a la presidencia del Gobierno subió el IRPF primero y, el IVA después.

La subida de impuestos fue el primer incumplimiento programático del Partido Popular. A continuación, en cascada, fueron cayendo el resto: se abaratan los despidos, sube de manera muy importante el recibo de la luz, se hace una amnistía fiscal -después de rechazar la propuesta por el PSOE por "impresentable, injusta y antisocial"-, se recurre al copago farmacéutico, se mete la tijera sin complejos en sanidad y educación, se solicita el rescate bancario y, finalmente, saltándose esa línea roja que el presidente Rajoy se comprometió a no traspasar, no se compensa en las pensiones la subida del IPC. O sea que, después de prometer por activa y por pasiva todo lo contrario, el Gobierno ha decidido no pagar a los pensionistas el aumento de la inflación, como prevé el Pacto de Toledo.

Así las cosas, y visto lo visto, nos preguntamos, ¿por qué todos estos incumplimientos, muchos de ellos previsibles y otros muchos impuestos, han ido desgranándose a hurtadillas, de forma ladina y vergonzante? No quiero... no me gusta hacerlo... pero lo hago porque no tengo más remedio. Actitud indigna y pusilánime en un buen gobernante. Acaso no sabía Mariano Rajoy como estaban las cosas cuando prometió todo lo que prometió; acaso no sabe Rajoy como han ido dramáticamente empeorando, decisión tras decisión. ¿Por qué no deja de someter a la ciudadanía a esta gota malaya en que se han convertido los viernes tras el consejo de ministros, y nos cuenta de una vez todo lo que va a hacer? y sin duda sabe que va a hacer.

Los españoles agradecerían que su Gobierno les propusiera un plan a corto, medio y largo plazo, con un diseño claro para el cumplimiento del déficit, pero también, y sobre todo, para el crecimiento. Solo así, sabiéndolo, podrían aceptar este tiempo de sangre sudor y lagrimas.

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