Actualizado 02/09/2010 14:01

Victoria Lafora.- Resistir.

MADRID 2 Sep. (OTR/PRESS) -

Esa es la consigna del Gobierno de Zapatero y del de Montilla, sabiendo que cualquier adelanto electoral les resultaría altamente perjudicial. Por el contrario, el PP clama a gritos por un adelanto. Temen que los resultados que en estas fechas les dan las encuestas, rozando la mayoría, pueden no ser eternos. En la misma línea esta CIU.

Así que la estrategia de Moncloa es conseguir, sin romper muchos platos en el ejecutivo de Patxi López, un acuerdo con el PNV que permita salvar los presupuestos y prorrogar la legislatura.

Tan difícil es la tarea de contentar a los nacionalistas vascos, que por otro lado no quieren un éxito clamoroso del PP, con una mayoría en Madrid, que les expulsaría del poco espacio de poder que les queda en Euskadi como son las Diputaciones; tan complicada es la negociación que Zapatero se la ha encargado a dos estrategas de fiar: Rubalcaba y Blanco.

No deja de ser un desaire al portavoz parlamentario José Antonio Alonso, que se le encargue al ministro del Interior una negociación con un grupo parlamentario. Pero está en el aire un adelanto electoral en las peores condiciones en que se ha visto Zapatero.

Que se preparen pues destacados dirigentes autonómicos y nacionales porque se entra en una etapa de sálvese quien pueda. López puede ser el primer damnificado y ya ha mandado mensajes a Madrid en los que "recuerda" que las trasferencias de competencias las firma él. Pero no están los tiempos para respetar sensibilidades y de eso le puede dar un cursillo su colega José Montilla.

El president de la Generalitat ha optado también por apurar la legislatura hasta el final para desesperación de los convergentes. Con ello pretende calmar el debate soberanista, tras la sentencia del Constitucional. También que el caso Millet, que puede acabar salpicando a CIU, les reste votos.

Por otro lado, para bajar los humos de sus socios de gobierno, en plena competición con los independentistas, Montilla ha decidido guardar de momento en un cajón el polémico decreto que obligaba a los docentes universitarios de Cataluña a tener un nivel C de conocimientos en catalán.

Los presupuestos y las elecciones catalanas son las dos claves de este otoño que se anuncia caliente y que va a inaugurar octubre con la primera huelga general contra el Gobierno de Zapatero. Este, de viaje en Japón, dijo ayer mismo que la reforma de las pensiones sigue adelante pese a saber que tendrá enfrente a los sindicatos. Las reformas duras y dolorosas no han terminado.

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