MADRID 17 Mar. (OTR/PRESS) -
El PP ya nos hizo saber, el primero, algunos efectos de su no-victoria: Congreso en junio, y candidatura de Rajoy con su propio equipo. Poco a poco se ha ido confirmando lo que se intuyó desde el primer momento. Los deseos de Rajoy de abandonar la dirección del partido se vio alterada por las maniobras de Esperanza Aguirre para sucederle cuanto antes, y contra la opinión de muchos otros 'barones territoriales', particularmente el otro vencedor en las elecciones, Francesc Camps. De modo que Rajoy parece hoy mejor apoyado en Camps, y hasta en Gallardón, que en Esperanza, en quien ya ha visto una ambición sin límites... También hemos visto en los últimos días, y antes del éxodo semanasantero, hasta qué punto empezaban las peleas internas en los dos partidos más desfavorecidos el pasado día 9: ERC e IU. Y ahora vemos las reacciones de otras dos fuerzas sin duda relevantes en el escenario político de los cuatro años venideros, PSOE y PNV. De entrada, Zapatero ha recordado que el PSOE es la fuerza central de la democracia, y que ha gobernado mucho más que ninguna otra fuerza política en este país en el periodo más fecundo de la historia: 18 de los 31 años de democracia. Es probable que empiece a soñar con igualar los 14 años de González en Moncloa. Se fija en los 169 escaños conseguidos por el PSOE, que constituyen, sin duda, una mayoría suficiente, fuerte y sólida, y muestra su satisfacción inocultable: Sabe mejor ser reelegido presidente que ser elegido. Y seguidamente, los grandes pactos de Estado, antes de entrar en los pactos para la legislatura. Zapatero entiende que los españoles quieren ven juntas a las grandes fuerzas en la lucha contra ETA, y ofrece su mano tendida a un PP con el que se pegó de manera permanente, y con severidad, en los cuatro años anteriores: "Por mí y por nosotros no va quedar la unidad contra el terrorismo". "Nuestra democracia no admite retos de quienes se enfrentan a sus principios básicos y a sus valores más esenciales". "Tiene que ser posible la unidad hasta la completa erradicación de ETA". "Acariciamos el sueño del cambio en Euskadi y ETA está vencida por la democracia, repudiada y aislada por nuestra sociedad", dijo ante sus propios muy satisfechos y unánimes 'barones', a quienes también recordó que el PP ha obtenido un apoyo claramente inferior al 20 por 100 en Cataluña y el País Vasco.
De manera que ese sueño de cambiar Euskadi puede tener un momento propicio, y a ello invita el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, en el instante de realizar una sincera autocrítica. De entrada, mensaje a los más próximos: "No diré que es el momento de la reunificación con EA, pero invito al análisis". Y luego, con más amplias miras: "Hay que ofrecer un nuevo contrato renovado a la sociedad vasca". "El PNV no ha sabido adaptarse en toda su intensidad a la evolución de la sociedad vasca..." Ponen de relieve todos los cronistas que Urkullu 'se ha olvidado' del Plan Ibarretxe II, cosa que podría facilitar alguna clase de entendimiento con el PSC-PSOE de cara al futuro Estatuto vasco, aunque las ya próximas elecciones autonómicas en Euskadi pudieran no favorecer entendimientos inmediatos... El PSC de Patxi López ve posible, esta vez, la recuperación de Ajuria Enea, eso sí que sería recuperar el viejo sueño de cambiar Euskadi...
José Cavero