Publicado 14/05/2019 08:00

Escaño cero.- Sin palabras

MADRID, 14 May. (OTR/PRESS) -

No sé si es solo un fenómeno de nuestro país pero el caso es que aquí cuando los políticos se marchan, ya sea porque se retiran de la vida pública o porque fallecen, inmediatamente empezamos a añorarlos. De repente parece que nos damos cuenta de su valía.

Por eso en todos los mítines que celebran los socialistas estos días hay palabras de reconocimiento para Alfredo Pérez Rubalcaba y los medios de comunicación han hecho un despliegue extraordinario sobre su figura política.

Yo no dejo de pensar que más se puede añadir a lo dicho y escrito estos días, porque en ocasiones las palabras no parecen ser suficientes para abarcar la realidad. Y eso es lo que ha sucedido que de repente la ciudadanía ha hecho una demostración de dolor y reconocimiento a un político que forma no solo parte de nuestra historia reciente sino que ha entrado en la gran Historia, la que se escribe con letras mayúsculas.

Normalmente se necesita tiempo y perspectiva para enjuiciar el impacto de una acción política, pero en alguna ocasión, pocas, es el común de la gente la que escribe por sí misma su juicio sobre es figura política.

Cuando hace unos años murió Adolfo Suárez, los ciudadanos sintieron la necesidad de lanzarse a la calle a rendirle homenaje. Lo hicieron conscientes de que había que estaban despidiendo a un político excepcional. Algo así ha sucedido con Alfredo Pérez Rubalcaba. Seguramente ni aún pretendiéndolo el PSOE hubiera podido lograr esa gran conmoción que ha provocado en la sociedad la muerte de Pérez Rubalcaba.

Puede que ni él mismo supiera del impacto que su figura política ha tenido en la vida pública española.

Me le imagino esbozando una sonrisa y rebuscando en su mente de científico una respuesta sobre la respuesta extraordinaria de la ciudadanía a la hora de mostrar su pena y reconocimiento por lo que él ha sido.

Y así estos días, ya sea por parte de los dirigentes del PSOE, ya sea por sus adversarios, España entera parece latir al son de Pérez Rubalcaba. Es más, parece que él mismo estuviera interviniendo en la campaña electoral de tan presente que está.

Seguramente dentro de algún tiempo, los historiadores podrán certificar la importancia de una generación de políticos a los que les tocó gestionar una etapa harto conflictiva de nuestra Historia, la que pasaba de la Dictadura a la Democracia, la que tenía que superar los fantasmas del pasado para ganar el futuro, la que estaba formada por mujeres y hombres que no eran profesionales de la "cosa pública" y que sin embargo entregaron e hicieron de la política las señas de identidad de sus vidas.

No dejo de pensar qué palabras más se pueden añadir sobre Alfredo Pérez Rubalcaba y les aseguro que no las encuentro porque se han dicho y escrito todas. Descanse en paz.