MADRID(OTR/PRESS)
No, no voy a escribir sobre la anunciada huelga general, ni sobre la últimas palabras de Rodríguez Zapatero en Cataluña, ni sobre el comunicado de ETA. No, hoy no voy a escribir de ninguno de estos asuntos que ocupan los lugares más relevantes en los periódicos y en los informativos de radio y televisión.
Hoy, me van a permitir ustedes escribir sobre la enfermedad del olvido, puesto que este miércoles es el Día Mundial del Alzheimer. Precisamente en el Festival de Cine de San Sebastián se ha presentado un documental que lleva por titulo "Bicicleta, cuchara, manzana" que se asoma a los dos últimos años de la vida de Pascual Maragall cuando el alzheimer se coló en su vida.
El documental navega por el día a día de una familia en la que uno de sus miembros padece la terrible enfermedad y ¡ojalá¡ sirva para concienciar a las Administraciones Públicas sobre la necesidad de dotar de medios necesarios a las familias que se enfrentan a ésta tragedia. Porque el que una familia afronte ésta enfermedad sin medios aumenta el grado de dramatismo y de desesperación de la misma. El Alzheimer va minando la memoria día a día, va arrasando los recuerdos, va apagando la luz del cerebro. Y los que la padecen se dan cuenta, y sufren, se desesperan. Y quienes están a su alrededor comparten y sufren la misma frustración y desesperación. Hasta hace poco el alzheimer era una enfermedad invisible. No se hablaba de ella, apenas se conocía, ahora poco a poco, vamos sabiendo más de ella, aunque lo más desesperante es que la comunidad científica aún no ha logrado saber de ella lo suficiente para combatirla con eficacia.
Pascual Maragall fue muy valiente al da un paso al frente comunicando a la opinión pública que padecía éste mal. Y el documental que han filmado en torno a su día a día como enfermo, es también una pieza valiosa que servirá para concienciar a la sociedad, y sobre todo, insisto, a las Administraciones Públicas.
Saben, no es lo mismo que una familia pueda afrontar ésta enfermedad en uno de sus miembros si cuenta con medios económicos y apoyos suficientes, que si carece de éstos medios.
Éste martes, Día Mundial del Alzheimer, debería de servir para la reflexión sobre una enfermedad que puede ser una plaga en nuestro siglo XXI.