MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
La exministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha celebrado este jueves que el acuerdo alcanzado en la Cumbre de París (COP21) "marca un punto de inflexión" en las negociaciones internacionales en materia de cambio climático, así como "el principio de un proceso de mayor exigencia, participación y de mayor cooperación" entre países a la hora de reducir sus emisiones de efecto invernadero, guiados por el conocimiento científico, y pensando en el interés general.
"No hay ninguna duda de que el acuerdo marca un punto de inflexión en las negociaciones internacionales en materia de cambio climático, y al que tienen que seguir esfuerzos mucho más importantes de los hasta ahora demostrados, y de los comprometidos de forma formal por 188 países de los 196 que constituyen la ONU", ha celebrado la ahora consejera del CSN, durante unas jornadas organizadas por la Fundación Alternativas sobre la citada cumbre del clima.
Según ha precisado, la contribución de esos 188 países para la reducción global de las emisiones de efecto invernadero supondrían un incremento, aproximado, de entre 2,7 y 3 grados centígrados de temperatura media del planeta de aquí a final de siglo XXI.
"Ése es un resultado que tiene que ser corregido a la baja porque la comunidad científica nos ha venido alertando cada vez más de la rapidez con la que el cambio climático se está extendiendo", ha precisado.
Es más, sostiene que uno de los "elementos más satisfactorios del texto" es que no sólo se dice que debe existir un compromiso de todos los países del mundo para quedar muy por debajo de los 2 grados centígrados en el incremento de la temperatura media, sino que lo deseable es que se encuentre por debajo de un incremento de 1,5 grados centígrados.
Narbona ha puesto de relevancia la extrema vulnerabilidad de muchos países, como islas del Pacífico, del Caribe, zonas litorales, deltas asiáticos, o zonas donde se concentran un gran número de habitantes que no sobrevivirán si no se reduce esa temperatura media global.
En este punto, ha alertado de la emigración por razones climáticas, de los llamados 'refugiados climáticos' que, según ha dicho, todavía no están lo suficientemente considerados por la comunidad internacional.
"Hay que valorar que exista un acuerdo vinculante en cuanto a un objetivo de largo plazo. Hay que considerar satisfactorio que los gobiernos se hayan puesto de acuerdo para aceptar mecanismos de revisión cada cinco años que permitan más transparencia, mayor capacidad de rendición de cuentas respecto de los compromisos, e ir elevando las medidas de reducción de las emisiones y, algo fundamental, las aportaciones financieras de los países más ricos a los países en desarrollo", ha resaltado la exministra de Medio Ambiente.
CIUDADES QUE MARCAN EL CAMINO
Por otro lado, Narbona ha mostrado su satisfacción por que la ciudad de Madrid "por primera vez en su historia" tenga en estos momentos compromisos de lucha contra el cambio climático y también el hecho de que Barcelona haya reforzado actuaciones en este ámbito.
"Se convierten en capitales importantes a nivel internacional que suma sus esfuerzos a grandes capitales, que nos llevan la delantera, como son París, Berlín, Copenhage", ha precisado.
Narbona también ha llamado la atención sobre las próximas elecciones, señalando que ahora depende de los ciudadanos, y de su voto, el que España pueda volver a la senda de las energías renovables, de eficiencia energética y del autoconsumo, "ámbitos que en los últimos años desgraciadamente se ha ido hacia atrás y en contra de lo que pasa de otros países del mundo".
Por otro lado, ha subrayado que los compromisos de cada uno de los 188 países "no son suficientes", y de hecho sostiene que en la UE debe ser más ambiciosa porque se fijó para 2020 una reducción del 20% del nivel de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto de 1990, un porcentaje que en 2015 ya ha cumplido reducción. "Por tanto la UE estaría en condiciones de fijarse meta más ambiciosa para 2020", ha advertido.
LO QUE HA QUEDADO FUERA DEL ACUERDO
Finalmente, Narbona ha llamado la atención sobre una cuestión que, a su juicio, ha quedado fuera del texto alcanzado en la Cumbre de París: el hecho de que el 20% total de las emisiones se deba a la dieta alimentaria basada en una ingesta masiva de proteínas animales.
"Aproximadamente lo que suponen las emisiones producidas en el sector del transporte. Si en Estados Unidos todos los ciudadanos se comprometieran un día a la semana a no comer carne significaría retirar de la circulación ocho millones de coches anualmente", ha alertado.
Por tanto, considera que hay que hacer también un esfuerzo en el ámbito de la alimentación, y no sólo por consecuencias sobre el calentamiento global, sino también por la salud y por la justicia distributiva, que hace que en la actualidad 900 millones de personas no estén adecuadamente alimentadas y otros 900 que sí.
