MÁLAGA, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía Local de Málaga han denunciado a cinco individuos, con edades comprendidas entre los 25 y los 39 años, por, presuntamente, sacrificar, con motivo de un ritual de santería, un gallo, al que decapitaron en el distrito de Churriana.
La investigación comenzó el pasado 4 de enero cuando los agentes observaron seis gallinas y un gallo muertos junto a la orilla de la playa de la zona del campo de golf. Asimismo, comprobaron que los animales estaban colocados en paralelo y orientados hacia el mar, cada uno de ellos con la cabeza posada sobre un plato con comida, así como una vela semienterrada en la arena y colocada junto a cada ave.
Tras realizar el correspondiente reportaje fotográfico, los policías locales dieron aviso a los servicios municipales de retirada de residuos orgánicos para que limpiasen el lugar.
Los agentes no apreciaron signos de que los animales hubiesen sido golpeados ni maltratados, considerando que los hechos pudieran deberse a la realización de algún ritual o similar, con el que los autores podrían haber infringido las prescripciones legales vigentes para el trato hacia los animales, ya que parecían haber provocado su muerte de modo injustificado, han señalado en un comunicado desde la Policía Local.
A raíz de estos hechos, la Policía Local comenzó a realizar un seguimiento por la zona. Así, el pasado 23 de enero los agentes que patrullaban por calle Argonautas se percataron de la presencia de un total de cinco individuos junto a la vía del tren y observaron que uno de ellos presentaba restos de sangre en las manos y en los zapatos, por lo que procedieron a su identificación.
A preguntas de los agentes, uno de ellos les manifestó que estaban realizando un rito de santería y que él acababa de sacrificar a un gallo, dejándolo en las inmediaciones. Los otros cuatro reconocieron, además, haber participado en los hechos.
Ante las evidencias y las manifestaciones de los cinco individuos, los policías procedieron a comunicarles que serían denunciados administrativamente por infringir el artículo 38.a de la Ley de Protección de los Animales, así como que la autoridad judicial sería informada de los hechos, ante la posibilidad de que hubiesen incurrido en un delito de maltrato animal.
La investigación continúa abierta, quedando pendiente de aclarar si los identificados pudieron ser también los responsables del ritual llevado a cabo en la playa el pasado 4 de enero.
