Hallan heces fósiles en Las Hoyas (Cuenca) que permiten conocer la vida en el Cretácico

Heces fósiles revelan información sobre la vida en el Cretácico
UAM
Publicado: miércoles, 23 mayo 2018 20:02

MADRID/CUENCA, 23 May. (EUROPA PRESS) -

Paleobiólogos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), han hallado en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca) heces fósiles que "ayudarán a caracterizar con precisión" las relaciones tróficas del Cretácico.

En un comunicado, la universidad madrileña ha explicado que, según este trabajo, publicado en la revista científica 'Plospone', los restos de plantas y animales fósiles tienen "otros reveladores registros del pasado remoto, los coprolitos" y concluye que permiten proponer diferentes tipos de estrategias alimenticias de la época.

De este modo, los científicos han sugerido que hace 126 millones de años se podría distinguir entre procesos digestivos menos eficaces y/o contenidos ácido-enzimáticos poco agresivos, y estrategias digestivas más eficaces que darían lugar a heces en las que apenas aparecen inclusiones óseas y más degradadas.

Los investigadores han afirmado que estas evidencias ayudarán a caracterizar con precisión las relaciones tróficas de este ecosistema del Cretácico, para lo cual se requiere contrastar diferentes niveles de información. Esta publicación aporta "una primera evidencia" para valorar, según la muestra estudiada, que los procesos digestivos menos eficaces eran dominantes en este ecosistema.

Es poco frecuente que los paleontólogos logren documentar procesos vitales de organismos que vivieron hace millones de años ya que requiere hallar icnofósiles (señales registradas de la actividad de seres vivos en el pasado). Entre estos, los más habituales son las icnitas, o huellas; pero también se pueden encontrar coprolitos, o heces fosilizadas.

De este modo, en la biota del yacimiento de Las Hoyas no sólo se están documentando fósiles corpóreos de plantas y animales, también se está descubriendo una gran diversidad y abundancia de heces fosilizadas, en general de tamaño medio (entre uno y cinco centímetros).

Los investigadores de la UAM han asegurado que hasta ahora se han catalogado más de 1.500 ejemplares de coprolitos, "se trata de uno de los registros mejor documentados y completos del mundo referidos a un humedal continental del Cretácico Inferior".

Por otro lado, han añadido que dentro de este conjunto han logrado caracterizar hasta 12 tipos diferentes de coprolitos, atendiendo a su morfología. Además han elaborado una clave dicotómica para precisar sus formas, la geometría de sus extremos y su simetría.

DEPREDADORES VERTEBRADOS

Los fósiles fueron estudiados con técnicas no destructivas. Los investigadores analizaron la composición química de la matriz mediante análisis EDX, observando que se compone principalmente de fosfato cálcico. Esto indicaría que los productores de los coprolitos eran carnívoros, en parte debido a la descomposición del apatito que forma parte de los huesos.

Según los expertos, sus formas, y en ocasiones también por su contenido, se puede afirmar que los productores de ciertos coprolitos eran depredadores de vertebrados, pues una buena parte de estos icnofósiles contienen pequeños fragmentos óseos.

Además, han afirmado que gran parte de los huesos incluidos en los coprolitos son de peces, por lo que se puede asegurar que los productores eran mayoritariamente ictiófagos. Lo que quiere decir que los depredadores que produjeron estas masas fecales pudieron haber sido otros peces, cocodrilos, salamandras o incluso tortugas.

ESTRATEGIAS ALIMENTICIAS

Los investigadores han tratando de comprender por qué los coprolitos son tan abundantes en el yacimiento de Las Hoyas. La preservación en este yacimiento se asocia a la presencia de tapetes microbianos, capaces de proteger los restos y favorecer la fosilización.

Al estimar la abundancia relativa de coprolitos en las capas de sedimento asociadas a los períodos de mayor crecimiento de los tapetes microbianos, el porcentaje de coprolitos en estas es hasta veinte veces mayor que en aquellos periodos con menor desarrollo o incluso sin estos tapetes microbianos.

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