DESCONECTA, 29 Ago.
La disputa entre dos pasajeros del vuelo 1462 que cubría la ruta entre Newark a Denver, obligó a realizar un aterrizaje imprevisto en el Aeropuerto Internacional de Chicago. El motivo de la disputa: un gadget utilizado para que los asientos del avión no se puedan reclinar.
En pleno vuelo, un hombre, sentado en una plaza económica plus con más espacio de lo normal, hizo uso de 'Knee Defender', el nombre del aparato para evitar que el pasajero de delante recline su asiento, y funcionó. Sin embargo, la mujer que ocupaba dicho asiento quiso acomodarse y al verse incapacitada mostró su descontento.
Una azafata de la aerolínea comunicó su política de no permitir este tipo de dispositivos en el avión a pesar de que la Administración Federal de Aviación no lo prohíbe. El asunto llegó a mayores en el momento en que el caballero no estaba dispuesto a mover o quitar su invento y la molesta pasajera terminó lanzándole un vaso de agua.
Las consecuencias fueron determinantes por parte de la aerolínea estadounidense y terminó aterrizando en el aeropuerto de Chicago, donde ambos pasajeros fueron obligados a bajar de la aeronave y, sin ellos, poder reanudar su ruta hasta Denver.
Los hechos se produjeron el pasado domingo y aún sigue siendo tema de debate en Estados Unidos, donde los defensores se acogen a la ley de la Administración Federal de la Aviación que no prohíbe el uso de estos aparatos durante el rodaje, despegue y aterrizaje del avión, defendiendo que respeten su espacio personal. Por otro lado, los detractores ven del todo absurdo el hecho que de no puedan reclinar sus asientos diseñados para ello.
Un debate que continúa en las redes sociales donde algunos achacan a que el espacio entre asientos es desproporcionadamente pequeño para la altura media de las personas hoy en día; y otros aluden a la mala educación tanto del que no pide permiso para reclinar su asiento como para el que impide con un aparato que otra persona se recline.
