Roubini avisa de que la "tozudez" del BCE puede acabar con cualquier posibilidad de recuperación de los PIIGS

Actualizado: viernes, 22 octubre 2010 18:31

MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

El economista Nouriel Roubini ha asegurado que la "tozudez" del Banco Central Europeo (BCE) hace que la institución prefiera acabar con "cualquier posibilidad de recuperación" para los países denominados PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) antes que adoptar nuevos estímulos cuantitativos, aparentemente por el temor a un repunte en la inflación.

En un artículo publicado en su página web, Roubini Global Economics, el economista asegura que este es un "riesgo fantasma", porque la deflación, y no la inflación, es el problema al que se enfrentan los denominados países periféricos de la zona euro.

Asimismo, Roubini alerta de que el riesgo ante una posible una guerra de divisas y comercial "está aumentado", con muchos países comprometidos con devaluaciones competitivas, y recordó que las economías mundiales están comenzando a "jugar a un juego en el que alguien debe perder".

En este sentido, advierte de que una apreciación del euro causará pronto un "dolor masivo" en los PIIGS, donde la recesión se agravará y volverá a provocar un aumento del riesgo sobernano. Así, resalta que los europeos ya han empezado a hablar de una intervención en las divisas de forma "verbal", pero que pronto se verán obligados a convertirlo en algo "formal".

Roubini considera que las tensiones actuales tienen sus raíces en la parálisis del reequiblibrio global. Señala que países con un elevado endeudamiento, como Estados Unidos, deben reducir su gasto doméstico, por lo que necesitan una depreciación de su moneda que le permita reducir sus déficits comerciales y mantener así el crecimiento.

Sin embargo, países como China, Japón y Alemania, con superávit en su cuenta corriente, se resisten a la apreciación de sus monedas. "Un cambio de divisa más elevado reduciría sus superávits por cuenta corriente, porque no pueden o no quieren reducir sus ahorros o sostener el crecimiento mediante un aumento del gasto en el consumo doméstico", explicó.

Roubini asegura que, dentro de la eurozona, el problema aumenta por el hecho de que Alemania, con un elevado superávit, puede vivir con un euro fuerte, pero los países denominados como PIIGS no. "Al contrario, con sus amplios déficits externos necesitan una mayor depreciación para restaurar el crecimiento al tiempo que ponen en marcha reformas fiscales y estructurales dolorosas", subrayó.

En su opinión, el problema es que no es posible debilitar todas las divisas al mismo tiempo por definición, al igual que tampoco todos los países pueden aumentar a la vez sus exportaciones. "Por ello, la competitiva guerra por la devaluación en la que nos encontramos es un juego que suma cero: la ganancia de un país es la pérdida de otro", aseveró.

En este sentido, considera que la próxima fase de esta guerra está relacionada con las nuevas medidas de estímulo cuantitativas que ya han sido adoptadas por el Banco de Japón y que podrían hacerlo en breve el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal. Según Roubini, estas medidas son más efectivas para debilitar una divisa que una intervención directa, que es habitualmente "esterilizada".

Además, explicó que en caso de que China, los mercados emergentes y los países con superávit intervengan para evitar la apreciación de su divisa, la única manera de que los países con déficit puedan lograr una depreciación real es mediante la deflación, lo que llevará a una nueva recesión, con grandes déficits fiscales y una deuda fuera de control.

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