Todó atribuye el declive de CatalunyaCaixa a la mala gestión anterior

Adolf Todó, expresidente de CatalunyaCaixa
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 8 julio 2013 15:02

Reprocha al Gobierno que haya parado dos veces la venta de la entidad porque el tiempo reduce su valor


BARCELONA, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

El expresidente de CatalunyaCaixa Adolf Todó ha atribuido los problemas de la entidad financiera a la mala gestión de Caixa Catalunya antes de su llegada en 2008, con un peso "excesivo" del negocio inmobiliario y costes elevados de una gran expansión comercial fuera de Catalunya, ha expuesto este lunes en el primer día de comparecencias de la comisión del Parlament sobre las posibles responsabilidades derivadas de la actuación de las entidades financieras y la posible vulneración de los derechos de los consumidores.

Todó se incorporó en marzo de 2008 como director general a la entonces Caixa Catalunya --ahora CatalunyaCaixa tras fusionarse con Caixa Tarragona y Caixa Manresa en verano de 2010--, y accedió a la presidencia de Catalunya Banc en 2011; procedía de Caixa Manresa, de la que también atrajo a Jaume Masana como director general adjunto un mes después de incorporarse a Caixa Catalunya.

Este lunes ha constatado que Masana y él detectaron a su llegada un "problema preexistente a 2008, que si la economía seguía deteriorándose pondría en graves problemas a la entidad", y desde entonces idearon un plan de reestructuración en coordinación con la Generalitat, el Gobierno y el Banco de España.

A una pregunta del diputado de C's Jordi Cañas, ha admitido un 5% de responsabilidad en los problemas de CatalunyaCaixa, incluyendo que no pidiese responsabilidades por la gestión anterior, que no criticó para no perjudicar a la entidad, ya que era "un enfermo que no quería ruido", pero ahora ha atribuido un 95% de la responsabilidad al anterior equipo directivo liderado por el director general Josep Maria Loza.

Ha expuesto que la crisis ha afectado a todas las entidades financieras en mayor o menor medida, pero a CatalunyaCaixa en mayor proporción por la estrategia anterior a 2008 "demasiado orientada al sector inmobiliario, que alcanzó un peso en el balance excesivo, y una expansión comercial fuera de Catalunya con intensa política hipotecaria" captando usuarios que habían rechazado otras entidades.

Se concedieron hipotecas por más del 80% del valor de tasación --hasta un 32% del total de préstamos hipotecarios, mientras que por encima del 15% es un despropósito total, ha señalado--, y con márgenes muy ajustados: el margen financiero en 2006 era el más bajo de las 45 cajas españolas, por la expansión fuera de Catalunya y por los depósitos remunerados "demasiado generosamente".

La inmobiliaria Procam, que se convirtió en una de las más importantes de España, tenía inversiones por valor de 4.500 millones; la exposición a promotores era 3,8 veces el capital de la entidad, y el negocio promotor suponía el 16% del activo, pero solo aportaba el 5% del margen, ha detallado.

La tasa de morosidad era un 50% superior a la del sector --solo superada por Caja Castilla-La Mancha, que fue la primera caja en desaparecer--, y basada en las garantías en vez de en la capacidad de pago, y solo el 42% del activo de Caixa Catalunya procedía de los depósitos, frente al 58% de media del sector, lo que aumentaba la dependencia del endeudamiento exterior, llegando a negociar 3.000 millones de euros en el mercado interbancario a un día.

Por todo ello, la ratio de solvencia también era muy baja, y había poco capital principal por el "excesivo crecimiento de riesgos y del reparto de los beneficios, si bien es verdad que permitió una gran obra social", que ha augurado que no desaparecerá sino que se potenciará pese a la desvinculación del negocio financiero.

BOMBEROS, NO PIRÓMANOS

Ha apuntado que el control de riesgos dependía de la dirección comercial, que "es como poner al zorro a cuidar de las gallinas", y que Masana y él actuaron como bomberos, no como pirómanos, cuando iniciaron el plan de choque al llegar a la entidad y cambiaron la organización en aspectos como este.

Ha añadido que ficharon a profesionales de otras entidades y redujeron riesgos en ámbitos que no eran el negocio principal de la entidad --aunque la crisis dificultó el proceso--, con medidas como la venta de participaciones industriales a precios que no han vuelto a darse por la caída de las bolsas, externalización de seguros, reducción de la exposición al sector promotor, venta de oficinas y edificios, reducción de gastos generales, y mejora de la eficiencia con cierre de oficinas y reducción de plantilla.

Todó ha señalado que en 2008 ya propusieron la recapitalización del sistema financiero español y el 'banco malo', lo que se ha hecho después, y ha considerado que se perdió un tiempo que hubiese servido para afrontar mejor el deterioro de la economía posterior, que ha sido peor de lo esperado.

También ha mostrado su rechazo y el de Masana a la paralización en dos ocasiones del proceso de venta de CatalunyaCaixa, porque el paso del tiempo deterioraba el valor de la entidad y favorecía la pérdida de clientes, aunque ahora "parece que el Frob lo ha entendido", abriéndose a una venta con un esquema de protección de activos que será más costoso para los contribuyentes que si se hubiese aceptado antes --en la segunda venta ya se calculaba una pérdida futura esperada de 2.500 millones--, ha opinado.

Ha apuntado que tras los traspasos de activos inmobiliarios al 'banco malo', quedan en CatalunyaCaixa los inmuebles adjudicados inferiores a 100.000 euros, y quedan 25.000 millones de euros de hipotecas minoristas, que con el elevado paro se hacen difíciles de pagar para una parte de los ciudadanos.