MÉRIDA, 8 May. (EUROPA PRESS) - El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha afirmado que el próximo 26 de junio "pagarán en las urnas" quienes "bloquearon" un Gobierno del cambio permitiendo la continuidad de un ejecutivo que representa el "inmovilismo" y de un presidente "perezoso" que no quiere debatir con otros candidatos. Pedro Sánchez, candidato oficial del PSOE a las nuevas elecciones tras la finalización del plazo de recogida de avales, ha participado este domingo en Mérida en un acto organizado con motivo del Día de la Rosa, celebrado en la Institución Ferial de la capital extremeña, al que han asistido en torno a un millar de personas. Entre los asistentes, además del presidente de la Junta y líder de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, se encontraba también el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Sánchez, que ha señalado que los socialistas tienen el 26 de junio "una cita con la historia", ha dicho que Mariano Rajoy y Pablo Iglesias han actuado como una "pareja de hecho" que comparte "un mismo adversario", en este caso el PSOE, si bien los socialistas tienen como adversario a "la corrupción la desigualdad y el desempleo". El candidato socialista ha señalado que el 20 de diciembre entendió el mensaje de las urnas, en el sentido de que los ciudadanos pidieron a todos los partidos que abandonarán el "y tú más", y que esperaban el acuerdo. Así, y tras "dar el paso al frente" que le llevó a presentarse a la investidura, ha señalado que "lo más grave" no fue que no la lograra, sino que hubiera "partidos de izquierdas que hayan bloqueado un presidente socialista". Con ello, "pararon el reloj del cambio" también para una sanidad pública o para el fin de los aforamientos, que hubiera llevado, según ha señalado, a la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, a ser juzgada ante un tribunal ordinario "como todo hijo de vecino". Pedro Sánchez ha pedido la movilización de los socialistas para que digan "sí al cambio" y que digan "no a Rajoy", al tiempo que ha señalado que si algo ha quedado claro en los cuatro meses de la legislatura resultante del 20 de diciembre es para saber que el 26-J "va de Pedro o Rajoy, de cambio o continuidad, de compromiso o de inmovilismo". También ha señalado que las urnas dijeron a los partidos que la "nueva política es hacer lo que se dice", y en este sentido ha puntualizado que ya advirtió que no sería presidente "a cualquier precio, como quería Podemos", ha dicho, al embarcarse en un Gobierno "junto a quienes quieren romper España". Una nueva política que también se traduce en "no vetar", que es lo que no ha hecho con "ninguna fuerza del cambio", al tiempo que se ha mostrado "siempre dispuesto a hablar con el PP", como demuestra que en los dos años que lleva al frente del partido el Ejecutivo de Rajoy ha tenido su apoyo en la lucha frente a la fragmentación territorial del país o el terrorismo yihadista. No obstante, ha señalado que el PSOE tiene "un proyecto distinto al del PP", y al respecto ha reiterado que si llega a la Moncloa derogará la reforma laboral, porque los socialistas no comparten "ni sus objetivos ni sus instrumentos", puesto que supone el recorte de sueldos y la devaluación de las condiciones laborales, y se ha comprometido a poner en marcha un nuevo estatuto de los trabajadores. El líder de los socialistas ha dicho que no se plantea la nueva campaña "pensando en lo que pudo ser y no fue", sino que lo hará "con el orgullo de lo que pudo ser y es", en referencia a los logros socialistas impulsados por los socialistas a lo largo de sus 137 años de historia, y con la "esperanza" de lo que puede llegar a ser España con una victoria socialista en las urnas. Entre esos logros ha destacado la puesta en marcha del Estado del Bienestar, por cuyo sostenimiento en los últimos años ha agradecido a los empleados públicos del país, así como la sanidad o la educación públicas, la ley contra la violencia de género o la de igualdad, entre otras. Sánchez, que ha finalizado su discurso entre vítores de '¡Presidente, presidente!' por parte de sus seguidores, ha cogido el guante lanzando en su anterior intervención por Fernández Vara, y le ha dicho que si gobierna tras las elecciones Extremadura tendrá un "aliado" en la Moncloa.
