Actualizado: martes, 25 marzo 2014 19:24

   MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -

   La ayuda a una furgoneta de la Policía Municipal que estaba siendo atacada por los radicales en Recoletos, la repentina aparición de un camión de bomberos en la zona y un error en la transmisión a la hora de situar los enfrentamientos fueron la concatenación de episodios que dieron lugar a unos 10 minutos de caos en los que quedaron desprotegidos los antidisturbios y se produjeron cerca de la mitad de las lesiones en los miembros del Cuerpo Nacional de Policía, según varios relatos policiales recogidos por Europa Press.

   Estos testimonios narran que la Unidad de Intervención Policial (UIP) estableció un perímetro de seguridad en la calle Génova (donde se ubica la sede central del PP) a la altura de la calle del Marqués de la Ensenada. En ese lugar había presencia de antidisturbios, tanto agentes de los trasladados a Madrid con motivo del operativo así como un centenar de agentes de UIP de Madrid a las órdenes del inspector jefe Francisco Javier Virsea.

   Con miles de personas ya en la céntrica plaza (donde finalizaba la manifestación), un grupo de radicales comenzó a lanzar objetos y protagonizar enfrentamientos con la Policía en un lateral de la calle Génova. Los agentes procedieron a repeler estos ataques desplazando a los violentos y alejándolos hacía Colón hasta que finalmente fueron repelidas las agresiones en esa zona.

   Todos los miembros de la UIP que se encontraban en ese momento en Colón tenían la orden de no abandonar la plaza, una instrucción dada por el máximo jefe de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, José María Ruiz Igusquiza, según las mismas fuentes consultadas. No obstante, miembros del Grupo 7 de la UIP de Madrid avistaron como en Recoletos se encontraba atrapada una furgoneta de la Policía Municipal, que estaba siendo atacada por los radicales y decidieron acudir en su auxilio.

   El grupo avanzaba agrupado los metros que le separaba de la plaza hasta la furgoneta atacada cuando se cruzó de forma inesperada un camión de Bomberos en el mismo paseo de Recoletos en dirección a la Plaza de Colón. La aparición de este vehículo fue aprovechada por los radicales, que se parapetaron detrás suyo mientras el grupo de agentes se partió en dos, quedando una minoría aislados y a merced del nutrido grupo de violentos que se abalanzó sobre ellos.

UN 'SECRETA' DIO EL AVISO, PERO SE EQUIVOCÓ DE LUGAR

   Fue un agente de Información de los que visten de paisano (conocidos vulgarmente como 'secretas') quien dio el aviso de que sus compañeros estaban siendo atacados, según las mismas fuentes. No obstante, en sus indicaciones por medio de la transmisión interna de la Policía dijo que el ataque se estaba produciendo "en la Castellana" en lugar de Recoletos.

   Ese error llevó a un mando policial que se encontraba junto al vallado de Génova a enviar a un Grupo de antidisturbios como refuerzo a la Castellana, es decir, en dirección contraria del lugar en el que realmente se encontraban aislados sus compañeros. Al no encontrar ningún agente agredido en Castellana los agentes desplazados volvieron a preguntar por la ubicación inmersos en un creciente desconcierto. En ese momento se escuchó de nuevo por la transmisión que el grupo de agentes acorralados se hallaba a la altura de la Biblioteca Nacional.

   Es entonces cuando se dieron cuenta del error del compañero a la hora de trasladar la ubicación y comenzaron a recular sobre sus pasos hacia el lugar correcto. Además, en ese momento partió un segundo grupo de refuerzo desde Génova. Los testimonios consultados indican que desde que el grupo de agentes acudió en auxilio de la Policía Municipal hasta que los antidisturbios acorralados y agredidos fueron auxiliados por sus compañeros transcurrieron apenas unos diez minutos, pero que ocasionaron en torno a una 30 de lesionados en la Policía Nacional (del total de 67) en los diferentes enfrentamientos.

"BLOQUEADOS" Y "SIN SABER QUÉ HACER"

   Estos testigos denuncian que durante ese lapso de tiempo sus responsables Igusquiza y Virsea se vieron "superados por la situación", "bloqueados" y "sin saber qué hacer", pese a que se encontraban sobre el terreno en el momento de los hechos. Asimismo, la narración de los policías coincide en el alto grado de violencia mostrada de los radicales y una gran especialización en técnicas de guerrilla urbana, según dicen, sin precedentes.

   Tanto Igusquiza como Virsea son los dos mandos para los que los sindicatos policiales piden su dimisión por la gestión de los incidentes durante la jornada del 22M. El director adjunto operativo de la Policía Nacional, Eugenio Pino, ha admitido que hubo "errores de planificación" en el despliegue que se llevó a cabo para hacer frente a los incidentes violentos que se produjeron el sábado en Madrid a raíz de las 'Marchas de la Dignidad' y ha solicitado información sobre los hechos, en los que decenas de agentes fueron agredidos por manifestantes.

   Así lo han explicado a Europa Press representantes de los sindicatos que se han reunido este lunes con Pino en la Dirección General de la Policía. "Han abierto una información para depurar responsabilidades" al considerar que "hubo fallos de planificación", porque "no se puede quedar nunca un grupo aislado con casi 400 radicales", ha indicado el secretario de comunicación de la Confederación Española de Policía (CEP), Antonio Labrado.

   Esta información reservada es la antesala a una posible investigación más en profundidad en el caso de que la Policía considere que hay elementos suficientes para ello. Por ello, desde la Dirección General de la Policía han solicitado informes a todos los responsables policiales que tuvieron algún nivel de implicación en los incidentes del sábado.

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