Así es el perfil de los presos yihadistas en España: jóvenes, magrebíes y sin estudios

Tarik Ahnin. Yihadista detenido
Foto: POLICÍA NACIONAL
 
Actualizado: jueves, 22 octubre 2015 18:15

Decoran sus celdas con versículos coránicos, visten de acuerdo a su creencia y siempre hacen proselitismo con presos de condenas cortas

   MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Casados, con hijos, poca formación, en su mayoría de Argelia o Marruecos, sin antecedentes penales... estas son algunas de las características generales que forman el perfil de los 81 presos islamistas que se encuentran actualmente en las cárceles españolas.

   El 80 por ciento tienen edades comprendidas entre los 25 y los 35 años de edad, es decir, se trata de personas jóvenes que en muchos casos son la primera generación de inmigrantes que llegan a España. En eso se diferencian de los presos yihadistas de otros países del entorno como Francia o Reino Unido.

   En estos países la mayoría de presos islamistas son en su mayoría representantes de la segunda o tercera generación de inmigrantes con intereses diferentes a los de sus padres, que básicamente tenían una necesidad económica.

   El preso islamista español viste en la cárcel ropa de acuerdo con sus creencias islámicas, se dejan crecer la barba y llama la atención el perfecto estado de las uñas de sus manos, que pese a todo lucen callos igual que en la frente debido al rezo. Casi siempre portan un 'tasbih', un objeto parecido al rosario para dirigir sus oraciones.

DATOS DE LA AUDIENCIA NACIONAL

   Esta minuciosa descripción ha sido aportada este jueves por el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, durante su intervención en un seminario sobre yihadismo y terrorismo organizado por la Universidad Camilo José Cela en Madrid.

   En sus celdas casi nunca falta un Corán y suelen estar decoradas con frases de ese libro sagrado para el Islam. El juez ha citado el caso de un interno yihadista que acudió al Tribunal Constitucional para protestar debido a que sus horas de rezo siempre se veían interrumpidas por la obligación de hacer la revisión de celdas y recuento de internos.

   A la hora de hacer proselitismo en prisión, una de las actividades a evitar por parte de la Administración, estos presos nunca se interesan por personas que tengan largas condenas pendientes, sino por aquellos que cumplan penas no superiores a los tres años y que puedan salir libres pronto con instrucciones de continuar sus actividades radicales en el exterior, incluyendo alguna acción terrorista.

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   En la mayoría de los casos, los presos islamistas carecen de formación académica. A muchos de ellos se les puede considerar incluso analfabetos, ha apuntado el juez, según el cual, la mayoría no habla español, sino árabe o francés.

19 CON SENTENCIA FIRME

   De los 81 presos islamistas repartidos por las prisiones españolas, sólo 19 tienen una sentencia de condena firme mientras que hay 62 en situación de prisión preventiva. En cuanto al modo de estancia en prisión, hay 15 en primer grado (aislamiento), tres en segundo grado (el régimen más común) y uno con régimen mixto al tener una condena firme y otra causa pendiente de juicio. Sólo están clasificados los internos ya condenados.

   Ocho de cada diez presos yihadistas son extranjeros, siendo Argelia y Marruecos las nacionalidades más comunes seguidos de sirios y pakistaníes. Tres de cada cuatro estaban en España en una situación regular, es decir, españoles, nacionalizados o con permiso de trabajo.

   A la hora de hablar sobre la radicalización experimentada por las 13 mujeres (un 16 por ciento) el juez ha trazado un paralelismo con los primeros años de ETA cuando, según ha dicho, se daban casos de mujeres que se unían a la banda por amor a alguno de sus miembros y se veían arrastradas.

   Ha puesto el acento en que si bien hace años Madrid era la ciudad en la que se daba más presencia de elementos radicales, ahora se producen el doble en Cataluña sin obviar la presencia en la Comunidad Valenciana y Andalucía. También en Ceuta y Melilla.

   Según ha dicho, 180 presos están acogidos al plan contra la radicalización violenta en las cárceles impulsada por el Ministerio del Interior, un plan que ha sido destacado por este magistrado, quien se ha mostrado partidario de separar a los internos yihadistas en distintos módulos de la prisión.

CINCO MENORES

   Al dato de los 81 presos islamistas hay que sumarle otros cinco menores de edad con expedientes de reforma abierto. Tienen entre 14 y 17 años y son tres chicas y dos chicos. Fueron detenidos cuando se preparaban para viajar a Siria o Irak para unirse a grupos yihadistas. Dos de ellos están en libertad y sólo uno cuenta ya con sentencia firme. Los otros cuatro esperan su sentencia para principios del año que viene.

El magistrado ha explicado que la mayoría de ellos procede de orígenes humildes. Sus familias reaccionan a su radicalización de tres formas: sorpresa, indiferencia, o apoyo dado cuando son familias muy radicalizadas.