La UE avanza hacia la regulación de los robots y su impacto en la sociedad, el empleo y la relación con humanos

Yo, Robot
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Actualizado: martes, 17 enero 2017 16:25

    MADRID, 17 Ene. (EDIZIONES/Portaltic) -

    A medida que avanza el desarrollo de la inteligencia artificial y la presencia de los robots en el mercado laboral amenaza los puestos de trabajo de muchas personas, las voces más críticas exigen una normativa que regule su empleo y su relación con los seres humanos, una legislación hacia la que ya camina la Unión Europea con la aprobación de un informe este jueves sobre cuestiones relativas a la robótica.

   Los drones, los vehículos autónomos, las tareas automatizadas, los 'chatbots' son solo algunos de los ejemplos de lo que el desarrollo de la inteligencia artificial y la robótica es capaz en la actualidad, pero se teme por las consecuencias que su implantación efectiva en la sociedad puedan tener, especialmente en caso de accidente.

   El informe aprobado por la comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento pone de relieve la necesidad de legislar sobre una cuestión cada vez más real que ficticia: los robots, especialmente en torno a la responsabilidad, la seguridad y los cambios en el mercado de trabajo.

   Su autora, la eurodiputada socialdemócrata Mady Delvaux, asegura en una entrevista publicada por el servicio de prensa del Parlamento Europeo sobre la aprobación del informe, que "la estandarización interesa al propio mercado porque Europa es líder en robótica, pero si quiere seguir siéndolo, necesitamos tener normas comunes para la industria".

   Las normas comunes se centran en los robots entendidos como "máquinas equipadas con sensores e interconectadas para recabar datos" y en este sentido, como explica Delvauz, "la cuestión clave es la seguridad y la protección de datos. Los robots no pueden funcionar sin un intercambio de datos, así que también hay que ver quién tiene acceso a estos datos".

   Una de las propuestas que recoge el informe es la creación de una agencia europea para la robótica y la inteligencia artificial, que provea de un marco técnico, ético y regulatorio. El informe resalta igualmente la importancia de crear un código de conducta ético frente al impacto que estos avances tendrán sobre las personas, la sociedad y el medio ambiente, y recomienda la integración de un botón que permita desconectar a los robots en caso de emergencia.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y SERES HUMANOS

   Una de las cuestiones que preocupan en torno a los avances en inteligencia artificial es su relación con los humanos, sus creadores. El informe considera que existe una posibilidad de que las IA "puedan sobrepasar la capacidad intelectual humana de una forma que , si no estamos preparados, pueda suponer un reto para la capacidad humana de controlar su propia creación y, e consecuencia, quizá también su capacidad para estar al mando de su propio destino y asegurar la supervivencia de la especie".

   Se trata de una cuestión que preocupa a largo plazo (la necesidad de una legislación responde a estandarizar los robots que ya están en el mercado o lo estarán en 10 o 15 años, remarca la eurodiputada). Pero preocupa. Y de hecho, no se plantea por primera vez, sino que la literatura y el cine de ciencia ficción están repletos de sociedades que han sucumbido ante un desarrollo desmesurado, por encima de las capacidades humanas, de seres robóticos.

   El escritor Isaac Asimov plantea en sus relatos y novelas dilemas sobre la relación entre los robots y los humanos, en relación con las 'Tres leyes de la robótica' que este mismo autor estableció en 'Círculo vicioso' ('Runaround').

   Estas leyes establecen que "un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley. Y un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley".

   Solo tres leyes, recurrentes en la obra de Asimov, que han trascendido la ficción y que encuentran, incluso, su idoneidad en el informe aprobado por el Parlamento Europeo.

   Determinar la responsabilidad que tiene un robot sobre la vida humana, especialmente en caso de accidente, se plantea en la actualidad en relación, por ejemplo, con los coches autónomos. Se suele plantear el dilema de que en caso de perder el control y sufrir un impacto mortal, y en base a la presencia de transeúntes, ¿quién debería morir, el usuario del vehículo o los peatones, como el peor de dos males?

   El dilema supone un problema moral y ético difícil de resolver aun por la vía legislativa. Sin embargo, y como indica Delvaux, la idea que se baraja es la implantación, a largo plazo, de un status legal de 'persona electrónica' para los robots autónomos más sofisticados, con el fin de clarificar la responsabilidad en los accidentes.

SOCIEDAD Y MERCADO LABORAL

   Las previsiones sobre el impacto de los robots y la inteligencia artificial en el futuro del empleo son bastante negativas. Estudios como el de INBETA plantean que casi el 50% de las tareas remuneradas a día de hoy podrían ser automatizadas y, en consecuencia, se trataría de puestos de trabajo o incluso sectores que podrían llegar a prescindir de la fuerza humana.

   La evolución del mercado laboral preocupa en el Parlamento Europeo. "Este es el mayor reto para nuestra sociedad y para nuestros sistemas educativos", indica la eurodiputada y asegura que "no sabemos qué pasará". Esta incertidumbre obliga a seguir de cerca las tendencias del mercado, prestando especial atención a los modelos de empleo, la viabilidad del actual sistema impositivo e, incluso, el sistema social para robots.

   Delvaux ve con cierto optimismo el impacto de la robótica en la sociedad. "Creo que siempre habrá puestos de trabajo poco cualificados. Los robots no sustituirán a los humanos. Habrá una cooperación entre ambos", comenta. Lo que el informe platea es que la Comisión observe el tipo de tareas que podrán ser asumidas por los robots. "Trabajos pesados, por ejemplo, como transportar objetos pesados o realizar tareas peligrosas", apunta.

   El informe se presenta, en resumidas cuentas, como una guía para empezar a afrontar un futuro incierto en base a las preocupaciones más destacadas de la actualidad. Como asegura la eurodiputada, "tenemos que analizar lo que está ocurriendo y luego estar preparados para cualquier escenario".