¿Por qué el Islam no permite dibujar a Alá, a Mahoma, a personas ni a animales?

Musulmanes rezan en La Meca
Foto: ALI JAREKJI / REUTERS
Actualizado: martes, 13 enero 2015 16:03

MADRID, 11 Ene. (EDIZIONES) -

El salvaje atentado terrorista de este 7 de enero en París ha conmocionado a las sociedades occidentales. El semanario satírico francés 'Charlie Hebdo' estaba en el punto de mira del islamismo radical por las reiteradas publicaciones de viñetas cómicas en las que se satiriza a Mahoma y a sus seguidores.

El Islam no admite imágenes de su profeta ni, por lo general, de ninguna persona ni animal. Francisco Rivas, director sectorial del Mundo Islámico y Cuestiones Religiosas en la Asociación de Geopolítica GIN, y Mimoun El Bouanany, presidente de la Comunidad Islámica Assalam de Almoradí, población de Alicante de unos 20.000 habitantes (el 13% musulmanes), explican para los lectores de europapress.es el porqué.

CONTRA LA IDOLATRÍA

Para los musulmanes Alá, su único dios, es "incognoscible", es decir, que no se puede conocer, explica Rivas. Por este motivo toda imagen suya podría llevar a la "idolatría", pues no se veneraría al verdadero dios sino una mera representación. Además, "encerrarle en una figura es como restarle valor".

En segundo lugar, una representación artística, señala el especialista, es una "creación". La creación, para los musulmanes más ortodoxos, está prohibida por entender que supone un intento de "imitar a dios", que tiene el poder creador. Por eso en las mezquitas, por lo general, no hay representaciones humanas ni de animales.

El Bouanany coincide con estos motivos, que expresa con sus propias palabras: Alá y Mahoma son "superiores" como para ser dibujados. Por lo tanto, si alguien les dibuja estarán "mal dibujados". "No están bien representados en forma de caricaturas", ejemplifica. El Bouanany añade el motivo de que son incognoscibles: "Tampoco les hemos visto, así que no les podemos dar imagen. ¿Quién los ha visto?", arguye.

Y sobre la prohibición de dibujar personas o animales, el presidente de la comunidad islámica almoradidense aclara: "Los musulmanes no podemos dibujar a ningún ser que tenga alma: animales y personas". Argumenta: "Para nosotros son cosas de Dios, y esto sería como imitarle". Aunque reconoce que en el Islam, "como en todos sitios, hay de todo", en referencia a la posibilidad de que alguno vulnere este norma.

La prohibición de representar a su dios no es exclusiva de los musulmanes. Tampoco los judíos ni algunos grupos de cristianos protestantes, indica Rivas, pueden hacerlo.

Una de las razones de fondo de que el cristianismo católico sí admita las representaciones de Dios y las personas sagradas radica en la Encarnación. Rivas explica que para los cristianos Dios, por encarnarse en Jesucristo, sí que es conocido y cognoscible: "Podemos comerlo, tocarlo y hasta matarlo", explica, en referencia a la comunión y a la crucifixión.

En esta regla del Islam de no representar a Alá, a Mahoma, a personas ni a animales no hay una doctrina diferenciada entre sunníes y chiíes, aunque la gravedad de la conducta sí depende del nivel de ortodoxia del país en que se produzca.

Evidentemente, los islamistas radicales no toleran la infracción de la norma en ningún caso. No obstante, la postura más común entre los musulmanes es la que adopta El Bouanany: "Si veo una de esas caricaturas, para mí no es Mahoma; yo no lo veo. Creo que no habría que hacer tanto caso".

TAMPOCO POR ESCRITO

Tampoco por escrito admiten los musulmanes críticas a la figura de Mahoma. "Eso es imposible", sentencia Rivas. Pone el ejemplo de que a finales de 2014 han condenado a muerte a un periodista en Mauritania por publicar críticas al profeta de Alá. La blasfemia, en los países musulmanes, es un delito que se suele castigar con la pena de muerte.

El Bouanany explica por qué los musulmanes no pueden escribir sobre Mahoma: "Sobre el Profeta está todo escrito, no hay nada que añadir. En todo caso falta por leer". Y añade que "la Sunna está blindada". La Sunna es el conjunto de los relatos de los hechos y enseñanzas de Mahoma, de las que los sunnitas extraen los comportamientos a seguir. El mahometano aclara lo que haría si leyera algo escrito sobre el profeta: "Yo no le haría ni caso".

Esto no significa que en ningún país musulmán se cultive la sátira, pero sí que se hace con mucho más cuidado y muchas más líneas rojas. Por ejemplo, en Irak se ha publicado recientemente una serie satírica contra Abu Bakr Al Baghdadi, señala Rivas, pero sería impensable satirizar a Alá o a su profeta.

NI VIÑETAS NI PELÍCULAS

El primer precedente del choque en Europa fue la publicación, el 30 de septiembre de 2005, de 12 caricaturas de Mahoma en el periódico de mayor tirada de Dinamarca, el Jyllands-Posten, de centro-derecha. Estos dibujos se pueden considerar la 'mecha' de un conflicto que ya ha estallado varias veces en los últimos años.

Las viñetas, por solidaridad reproducidas y aumentadas en otros periódicos y revistas europeos, entre ellos Charlie Hebdo, dieron lugar a protestas formales de los líderes musulmanes y a amenazas, ataques a medios y enfrentamientos en distintos países, no solo europeos sino también en otros como Afganistán.

Tampoco mediante el séptimo arte admite el Islam representar a Mahoma. Un precedente fue la producción en EEUU de una película llamada Innocence of Muslims (La inocencia de los musulmanes), dirigida por Alan Roberts. En ella se aborda en tono de sátira la figura de Mahoma, a quien se retrata como un inepto, defensor de la pedofilia y de la homosexualidad.

En julio de 2012 se colgó un tráiler en inglés de 13 minutos de duración en YouTube. En septiembre de ese año el tráiler se difundió con subtítulos en árabe, lo que provocó el estallido de revueltas en el mundo islámico, especialmente en Egipto y Libia.

El 11 de septiembre, una concentración frente al consulado estadounidense en Bengasi (Libia) en protesta por esta película acabó en violento asalto, provocando la muerte del embajador de EEUU en Libia, Christopher Stevens, y otros tres trabajadores estadounidenses.

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