Síndrome de Asperger: cuando la incapacidad y la genialidad se dan la mano

Niño con Síndrome de Asperger
Foto: SHANNON STAPLETON / REUTERS
Actualizado: jueves, 14 diciembre 2017 10:50
       

MADRID, 28 Ene. (EDIZIONES) -

Pedro es especial. Pedro nunca ha tenido amigos. Pedro se ha leído todos los libros que ha ido encontrando en su camino desde que aprendió a leer. Ha llegado a recitar el abecedario al revés hasta quedarse afónico.

De pequeño le gustaban los toros y los egipcios. Sólo comía salchichas y croquetas, casi nunca entendía las bromas y los petardos le hacían llorar. Pocas veces miraba a los ojos, su tono de voz era muy bajito y jamás se puso jerséis de lana. Sus profesores decían que Pedro era distinto a los demás.

Sus padres estaban muy preocupados porque nadie era capaz de dar respuestas a todas sus preguntas sobre lo que le pasaba y se planteaban constantemente qué pasaría con él en el futuro.

Ahora Pedro tiene 36 años y es Licenciado en Ingeniería Informática. Continúa devorando toda la literatura que pasa por sus manos y dicen quienes le conocen que "es una enciclopedia" y que podría ganar millones en cualquier programa cultural de la tele.

Pedro ha sido recientemente diagnosticado de Síndrome de Asperger, un trastorno neurobiológico incluido dentro de los denominados trastornos del espectro autista (TEA).

Es un trastorno muy frecuente que afecta de 3 a 7 por cada 1000 nacidos y tiene mayor incidencia en varones que en mujeres.

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES SÍNTOMAS?

1.   Dificultades en las interacciones sociales: tienen dificultades en la interacción con sus iguales, y suelen mostrar falta de interés y deseo de relacionarse.

En algunas situaciones suele existir un comportamiento social y emocionalmente inapropiado muy ligado a su falta de comprensión de claves sociales y de señales verbales y no verbales, como el contacto visual, la expresión facial o los gestos.

2.   Alteraciones en las habilidades lingüísticas: no entienden el lenguaje como  un modo de compartir sentimientos,  emociones o  pensamientos.

3.   Intereses limitados e insistencia en rutinas establecidas: suelen tener áreas u objetos de "especial interés".  Se interesan en áreas intelectuales específicas como por ejemplo: matemáticas, lectura, historia, astronomía, etc.

También les gusta establecer rutinas que les hagan más comprensible el mundo en el que viven. No les agradan los cambios y los afrontan con especial dificultad y desconcierto.

4.   Torpeza motora: en ocasiones pueden presentar retraso temprano en el área motriz que podría reflejarse en dificultades en tareas como atrapar una pelota o "patosos" al correr y saltar.

Por otra parte, en los movimientos pequeños y precisos les pueden resultar complicadas labores como cortar con tijera o sujetar un lápiz. También podrían existir problemas de coordinación como, por ejemplo, seguir el ritmo de una canción o pedalear en una bicicleta.

5.   Problemas cognitivos: pueden tener dificultades para deducir lo que alguien está pensando y por tanto problemas para empatizar con ella. Esta característica suele repercutir en una escasa comprensión de sí mismo como persona y una reducida capacidad para comprender y predecir el comportamiento de los demás.

6.   Hipersensibilidad sensorial: muestran una mayor sensibilidad a ciertos sonidos, colores, texturas, olores y sabores. Tienden a  rechazarlos o por el contrario, a no querer desprenderse de ellos.

¿QUÉ PUEDO HACER SI CONOZCO A ALGUIEN QUE PRESENTA ESTOS SÍNTOMAS?

·   En primer lugar, deberá acudir a su médico de cabecera, el cual valorará los signos presentes y podrá hacer la derivación pertinente a Neurología o Psiquiatría.

·   El especialista de referencia le guiará en este camino indicándole pruebas específicas que le permitirá avanzar y tener una mayor claridad sobre lo que está sucediendo.

¿QUÉ HACER CUANDO UN FAMILIAR ES DIAGNOSTICADO DE ESTE SÍNDROME?

·   En primer lugar es fundamental acudir a profesionales que sepan darnos una correcta orientación de cómo tratarle: psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos, logopedas, psicomotricistas... ellos elaborarán un programa a medida. A través de las Asociaciones se podrán contactar con un equipo de profesionales especializados.

·   Para mejorar la comunicación y las relaciones entre la familia y la persona con Síndrome de Asperger, es conveniente trabajar junto con los profesionales para aprender que el modo en que estas personas perciben e interpretan el mundo que les rodea es distinto al de los demás (cómo entienden las emociones de otros, las relaciones con sus iguales, cómo distinguen lo adecuado de lo inadecuado...).

¿CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS FAMILIARES?

·   Junto con la ayuda de profesionales, hacerle conocedor de su diagnóstico será un paso muy importante, ya que esto le permitirá conocer más a fondo lo que le sucede y le posibilitará hacerse experto de su enfermedad, conociendo sus necesidades y mejorando su autocuidado.

·   Animarle a que acuda a grupos de habilidades sociales y de regulación emocional, clases de teatro, o deporte en equipo con jóvenes con su mismo problema... En definitiva, tareas que le ayuden a trabajar sus puntos débiles en la comunicación e interacción social con el resto. Además, conocerá a otras personas en su misma situación que le entiendan y le apoyen.

·   Ayudarle a buscar un trabajo adecuado para él. ¿Cómo hacerlo?  Acudiendo a un mediador social y laboral que le ayude a encontrar un lugar en el que su genialidad se vea recompensada y en el que la implicación social no sea determinante para llevar a cabo su trabajo.

Una adecuada atención temprana, una familia correctamente formada e informada y una apropiada intervención profesional, son factores que predicen una mejor integración social y personal en la vida adulta de personas con Síndrome de Asperger.

Pedro ya ha emprendido este camino y ahora conoce a otras personas que le entienden y sale con sus amigos.

"Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles vivirá toda su vida pensando que es un inútil." Albert Einstein.

Elisa García Martínez.
Psicóloga.